Mostrando entradas con la etiqueta anal. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta anal. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de noviembre de 2010

Incesto forzado

(Hace unos meses vi una película que hablaba de este tema, pero no me gustó del todo, así que, espero les guste esta versión) :)

Acto 1: el encargo.


Estacioné lentamente mi VW Jetta color rosa frente a la universidad de Raúl, mi hermano menor, todo mientras mi Mamá seguía dándome instrucciones por el celular: "María Elisa, ¿Entendiste bien lo que te dije? Apenas pases por tu hermano menor necesito que vayan a comprar las verduras para la cena, porque tu Papá llegará como a las 7."

"Ay Mamá, -Le repelé. –ya estoy en la universidad de Raúl, ¡Y no lo veo por ningún lado!"

“Espéralo un rato más.”

“¡Pero Mamá! –Puse una mueca de disgusto. -¿Por qué tengo yo que hacer esto? Sabes que tengo casting en Televisa a las 3, mejor hubieras enviado a mi hermano a comprar las verduras.”

"¡María Elisa! -Mi Mamá se puso firme. –No es posible que seas tan rebelde, ¿Porque no puedes ser como Raúl? A tus 22 años sigues siendo caprichosa y egoísta, en cambio él solo tiene 18 y..."

“…Pero Mamá…”

“… Todo por tu obsesión de ser actriz, ay Dios, ¿Por qué tenías que elegir esa profesión? Es que…”

"Ay Mamá, ¿Sabes qué? ¡No estoy de humor para tus regaños! Recogeré a Raúl y te llevaré las malditas cosas a la casa."

"Hija, pero..."

¡Click!

lunes, 8 de marzo de 2010

Mi odioso vecinito 8: La iniciación de Megan

Nota: Este es la versión final del relato, y ya estoy escribiendo la 9a. :) 



Primer Acto: Un día perfecto.



La mañana se veía espectacular, con los rayos de sol entrando a mi recamara con toda su intensidad mientras las cortinas se mecían suavemente por la deliciosa brisa, dándole a todo un aspecto como de película de Disney.

Y mi sonrisa no dejaba dudas: Me sentía súper feliz, radiante, la chica más sensual del universo, y con total vanidad salí de la ducha y fui completamente desnuda a mirarme al espejo, dando coquetas vueltecitas frente a él mientras reflexionaba sobre los últimos días.

Carajo, ¿Por qué siento así?

No sabía si era por el bonito gesto de Mateo ayer en la cancha de futbol, o por todas las pequeñas travesuras sexuales que habíamos vivido las últimas semanas, pero sea lo que sea la imagen en el espejo era contundente…

Nunca me había visto mejor, casi como si cada célula de mi cuerpo estuviera rebosante de esa felicidad. Mi piel brillaba deliciosamente con la luz de la ventana, mis pechos se veían sensualmente firmes y curvilíneos, mis piernas y cinturita se veían aun mas estilizadas que antes, y hasta el color de mis ojos me parecía más verde que lo normal.

Sin duda, espectacular.

"Es más, -Me dije inclinando la cabeza con una sonrisa coqueta. –Hasta el Collarcito se ve lindo.”

Sin poder evitarlo deslicé mis dedos por el perverso Collarcito hasta llegar a la plaquita que tenía enfrente, y cuando la leí no pude evitar sonrojarme como si fuera la primera vez...


Megan Loera
Propiedad de Mateo Balcázar.


Me mordí los labios sintiendo una mezcla de morbo y excitación. Sin duda, ¡Como había cambiado mi vida en estas semanas! Y todo se lo debía a él...

...A Mateo.

La preocupación volvió de golpe a mi rostro. "¡Mateo! Ay, ¿Como habrá amanecido? ¡Tengo que ir a verlo ya!"

jueves, 19 de noviembre de 2009

Una timida reportera VS el Malvado Luchador














Primer acto: Mi primera vez... en las luchas.

El bullicio alrededor de la arena era estremecedor, con miles de gentes gritando al unísono el nombre del luchador estelar del momento, la temida “Bestia Satánica”, a la vez que este levantaba a su oponente por los aires y se preparaba para lanzarlo fuera del cuadrilátero, gritando agresivamente en un espectacular despliegue de testosterona.

Y bueno, a mis 23 años nunca he sido fanática de la lucha libre, pero debo confesar que también me encontré gritando de emoción cuando el tipo salió volando por los aires y La Bestia Satánica levantaba los brazos en un gesto de victoria, sonriéndole detrás de su diabólica máscara negra al público que se volcaba desenfrenadamente aclamándolo.

“Ay, Don Juanito, -Le dije muy emocionada a mi camarógrafo, un amable señor de 55 años que Televisa me había asignado para cubrir la lucha y entrevistar a La Bestia Satánica, el cual no dejaba de grabar cada segundo de misma. –Míreme, ¡Hasta me están temblando las manos! Nunca pensé que esto sería así de divertido.”

El sonrió con un gesto paternal. “Y mire usted, señorita Isabel, que le he visto peleas mucho mejores a La Bestia Satánica, esto no es nada comparado con aquellas.”

De repente el publico gritó emocionado, y cuando volteé al ring vi que La Bestia acababa de lanzar por los aires a otro rival, y entonces le pregunté con cierto temor a Don Juanito: “Oiga, y… ¿Usted cree que ese tipo se dejará entrevistar por mi? Según supe, La Bestia Satánica es un luchador muy prepotente y agresivo, y el otro día casi mata a un reportero.”

Don Juanito me miró de pies a cabeza, y con una sonrisa de complicidad respondió: “Señorita Isabel, le aseguro que usted no tendrá problemas en entrevistarlo. A La Bestia Satánica le gustan las mujeres hermosas, y con su permiso, usted está muy linda.”

Me sonrojé inmediatamente. “Ay Don Juanito, ¿Ya ve? Ya hizo que me pusiera penosa.”


“Es solo la verdad, señorita Isabel, en Televisa no hay una reportera tan guapa como usted, y como viene vestida hoy, ¡Uy! Pues mucho mas.”


sábado, 24 de octubre de 2009



Los personajes de este relato están basados en Buffy la cazavampiros. Una chica guapísima que de día es porrista y de noche se dedica a luchar contra vampiros, hombres lobo y todo lo que se le aparezca. Y en esta ocasión va acompañada por Willow, su fiel amiga nerd. Por cierto, algunos de los poderes de Buffy son fuerza sobrehumana, reflejos aumentados y algunas habilidades psíquicas. (En este relato hay sexo anal salvaje y agresivo, dominación y sumisión, fantasía y algo de humor, tratando de recrear en lo posible el espíritu de la serie. :)







1er Acto: La leyenda del demoniaco Jinete sodomizador


Apreté el volante con fuerza mientras el jeep avanzaba por el oscuro camino de terracería, en medio del más siniestro y amenazador bosque.

“Ufff, ¿Siempre será así de tétrico este lugar?” Preguntó Willow con nervios desde el asiento del pasajero.

“No te preocupes, -Le sonreí con confianza. –No pasa nada. El único peligro aquí es ese Jinete demoniaco, y esta noche lo voy a matar.”

Willow se rió y con mucha pena me dijo: “
Buffy, se te olvidó mencionar el resto del nombre del jinete.”

Puse una mueca de incredulidad y dije: “Está bien, el jinete demoniaco sodomizador. ¿Contenta?”

Willow volvió a reírse muy divertida. “Ay 
Buffy, Giles nos ha enviado a cazar vampiros, hombres lobo, fantasmas, brujas… ¡Pero nunca un demonio caliente!”

Me reí también, pero sabía que Willow tenía razón: Las características de este ser demoniaco eran muy peculiares. Según la leyenda, en la noche de cada 25 de Octubre un jinete infernal recorre el bosque hasta que encuentra a una chica guapa, y entonces se la lleva al cementerio cercano, en donde la seduce...

…Y sodomiza.



Y luego el misterioso ser desaparece en el bosque, sin hacerle daño.

Pero había algo que no cuadraba. Según los testimonios, la gran mayoría de las chicas se quedan enamoradas del Jinete, y muchas de ellas hasta han llegado a buscarlo durante las noches, pero sin éxito.

¿Por qué será? Pensé intrigada mientras me mordía el labio, y entonces vi que Willow leía con atención algo en su celular, por lo que le pregunté: “¿Averiguaste algo más acerca de este demonio?”

“Si, -Respondió ella sin despegar la mirada de la pantalla. -Giles me está enviando más información. Resulta que su nombre en vida era Don Juan Vega de Alarcón, un conde de la Nueva España, y al parecer era un tipo guapísimo que seducía a mujeres adineradas y solas para vivir de sus fortunas. Pero un día una de sus amantes se enteró de la verdad y lo mandó asesinar, precisamente mientras montaba a caballo en la noche.”

“¿Y por qué tanto interés en sodomizar chicas?”

Willow se puso pensativa y dijo: “Bueno, quizás es para vengarse de las mujeres, ¿No? El muy pervertido nos odia y desea “castigarnos” con eso”.

“No sé, no me suena muy lógico eso. ¿Hay mas información?”

“Si, -Dijo Willow sonrojándose visiblemente. –Ay 
Buffy, no vas a creer esto…”

“¿Qué?”

“Pues… -Willow se puso aún mas roja. -Es que el ritual que sigue el Jinete es muy elaborado. Una vez que lleva a sus víctimas al cementerio les regala una rosa roja, lo cual es súper extraño porque aquí no hay forma de conseguirlas. Pero en fin, luego toma a la chica en cuestión y la empina sobre una lapida, le pone una capucha negra en la cabeza, le amarra las manos a la espalda, y aquí viene lo más raro…”

Se hizo un silencio dramático.

“Ay por Dios Willow, ¡No te detengas!”

“Pues, es que de alguna forma el demonio hace que sea la chica la que le suplique ser sodomizada.”

Me quede boquiabierta. “¿Segura? ¿Y cómo sabes eso?”

“Bueno, no sé, pero así son los testimonios de las víctimas. Todas coinciden en que no fueron violadas, sino que ellas se lo pidieron a nuestro calenturiento demonio. E incluso mencionan que fue lo mejor que les ha pasado.”

“Wow, eso es... -Dije mientras me echaba aire con las manos. -Bueno, no importa, esta noche será la última vez que ese ser salga a cometer sus maldades.”

Willow sonrió al verme tan decidida y con actitud traviesa me dijo: “
Buffy, ¿Y no crees que vas vestida demasiado… picante?”

Me mordí los labios con coquetería, ya que Willow tenía razón. Como el fantasma solo elegía chicas guapas, me había vestido de forma muy atrevida, con unos coquetos micro shorts negros y una blusita rosa ajustada, que junto a mi indiscreta tanguita negra y mi pelo en cola de caballo me daban una apariencia irresistiblemente sexual.

Sin duda, la carnada perfecta.


“Ay Willow, -Contesté con pena. -¿Y de que otra forma el fantasma va a venir a mí?”

“Bueno, pero déjame decirte que te ves es-pec-ta-cu-lar. Si ese fantasma no cae en la trampa es que es ciego, o gay.”

Nos reímos como tontas ante el comentario, pero entonces vi un letrero que indicaba que nos estábamos acercando al antiguo puente abandonado, el cual era el lugar en el que el Jinete se había aparecido últimamente, por lo que le pregunté a Willow: “¿Ya preparaste la ballesta?”

“Ya, -Respondió ella con orgullo a la vez que tomaba el arma del asiento trasero. – Buffy, ¿Quieres usar las flechas con agua bendita o las que tienen punta de plata?”

“Hmmm. –Puse una carita de indecisión. –Ponme 5 de cada una. ¿Ya tienes listas las estacas?”

“Ya, al 100%.”

“¿Agua bendita? ¿Amuletos? ¿Cruces?”

“Todo listo, 
Buffy.”

“Bueno, -Dije poniéndome un poco seria. –Willow, ahora necesito pedirte algo. Como esta misión va a ser muy peligrosa quiero que te quedes en el Jeep todo el tiempo, ¿Ok?”

“Ay 
Buffy, -Suplicó Willow. -¡Pero quiero ayudarte! Mira, puedo lanzarle una flecha mientras tú lo atacas con la…”

“No, es demasiado peligroso.”

“Ay, pero…”

“Willow, NO. –Dije con carita de reproche. -Pero quédate tranquila, he matado a miles de demonios como éste y no voy a tener ningún problema.”

“Bueno, -Ella se rió con actitud traviesa. –Pero 
Buffy, el problema es que este fantasma no quiere matarte, sino…”

“Ya, ni lo digas.” Respondí con una mueca simpática, y justo entonces dimos vuelta a una curva y nos encontramos de frente con el viejo puente en medio del bosque, el cual tenía un aspecto francamente tétrico, con la techumbre cayéndose a pedazos y madera podrida en todas partes. Lentamente me estacioné detrás de unos árboles y apagué las luces del Jeep.

“Que siniestro se ve.” Dijo Willow susurrando mientras yo tomaba las estacas y las colocaba en un cinturoncito alrededor de mi cintura, y entonces agarré la ballesta y le di una última checada, asegurándome que todo estuviera en perfecto estado. Lentamente abrí la puerta y dije: “Voy a investigar, quédate en silencio, ¿Ok?”

De repente Willow me agarró del brazo y con nervios dijo: “
Buffy, no vayas, me acaba de llegar un mal presentimiento. Hay algo en este lugar, no sé que es… pero tengo miedo.”

“No te preocupes. –Le respondí con un guiño. -Tengo todo bajo control.”

“B.buffy, no…”

“Willow…” Puse una expresión de ligero reproche.

“E.está bien.” Dijo ella sin mucho convencimiento y me soltó, y entonces me puse en marcha hacia el puente con mucho sigilo, poniendo atención a cualquier sonido o movimiento sospechoso mientras empuñaba la ballesta con firmeza.

Y el silencio era sepulcral, y conforme avanzaba el puente y los gigantescos arboles a mí alrededor se veían cada vez más terroríficos, como si supieran lo que estaba por suceder…






2o Acto: La gran Batalla.


Hasta que de repente oí un agitado galopar a la distancia, justo al otro lado de río, pero entre la neblina y la oscuridad no era posible ver nada. Me mordí los labios con excitación y sin dudar apunté la ballesta en esa dirección, esperando que el Jinete hiciera su aparición…

Y vaya si lo hizo.

De entre las sombras salió una visión infernal, un demonio encapuchado y con el rostro a oscuras, montando un caballo que bufaba ruidosamente mientras se acercaba velozmente a mí, clavándome sus terribles ojos rojos.

“¡Buffy!” Gritó Willow mientras salía a toda prisa del Jeep y le apuntaba torpemente su ballesta al espectro.

“¡Willow, regresa al Jeep!” Le grité con preocupación mientras el demoniaco ser seguía acercándose a una velocidad brutal.

“¡No, 
Buffy, te quiero ayudar!”

“¡Willow, MÉTETE al Jeep, es una orden!”

“¡No!” Dijo con terquedad.

Pero no había tiempo para seguir discutiendo. El jinete estaba casi encima de mí y solo tendría una oportunidad para matarlo, por lo que volví a apuntar rápidamente la ballesta en su dirección y mi dedo comenzó a apretar el gatillo. Pero justo en ese momento una flecha pasó velozmente frente a mí, sorprendiéndome. “¿Q.que…?”

“¡P.perdon, 
Buffy, se me escapó el tiro!” Gritó angustiada Willow.

Pero cuando volví a ver al frente se me heló la sangre. ¡El jinete estaba a solo un metro de mí! Con desesperación traté de levantar la ballesta, pero…

Sin darme tiempo a reaccionar unos poderosos brazos me tomaron de la cintura y me levantaron del piso como si nada, acostándome boca abajo en el regazo del jinete mientras su caballo aceleraba violentamente.

“¡S.sueltame maldito!” Grité desesperada mientras trataba de darme vuelta para golpearlo, pero el Jinete era increíblemente fuerte y a pesar de mis forcejeos no logré zafarme, y solo pude ver con impotencia que me estaba llevando cada vez más adentro del bosque, hasta que finalmente llegamos a un viejo cementerio abandonado.

Y una vez ahí el infernal ser me agarró de la cintura y con un gesto brusco me lanzó al piso, pero haciendo uso de mis reflejos felinos logré caer parada a la vez que sacaba una de las estacas de mi cinturón, y con un veloz movimiento lo ataqué…

…Pero para mi sorpresa ya no había nada ahí.

“¿Q.que? -Dije muy confundida, volteando a ver a todas partes. -¿A dónde fue?”

Casi parecía que el Jinete se hubiera desvanecido en el aire, pero yo sabía que no andaría muy lejos, por lo que empuñé la estaca con firmeza y fui avanzando lentamente entre las criptas, atenta a cualquier sonido sospechoso.

Hasta que vi algo que me dejó helada: Sobre una lápida estaba una hermosa rosa roja, tan fresca y colorida que parecía que la hubieran cortado hace unos minutos. Y las palabras de Willow volvieron a mi mente, ya que la rosa era el primer acto del ritual del Jinete.

“Tranquila, 
Buffy, no va a pasar nada. –Me dije con ansiedad mientras volteaba a ver a todas partes. –Sólo es un demonio más.”

En ese momento lo vi.

Al fondo de una hilera de lapidas estaba el espectro, ya sin el caballo y completamente inmóvil, con su pesada capa negra ondulando lentamente en el aire mientras la infernal oscuridad de su rostro se mantenía fija en mi cuerpo. Y sus brazos estaban cubiertos con una armadura de metal con garras en vez de manos, así como unas pesadas botas metálicas con un pico al frente, lo que le daba un aspecto aún más terrible.

“Creo que esto va a ser un poco complicado. -Me dije con una sonrisita desafiante mientras jugaba con la estaca entre mis dedos. –Perdone, ¿Usted es el famoso Jinete Demoniaco que va por las noches sodomizando chicas?”

El infernal ser permaneció completamente inmóvil.

“Por cierto, me encanta la combinación de colores en tu ropa. El negro combina muy bien con… el negro.”

Ninguna respuesta.

“Hmmm, veo que no voy a lograr mucho platicando contigo, ¿No?”

De nuevo silencio.

“En fin…” Me encogí de hombros, y en ese momento me lancé agresivamente contra él, dando veloces estocadas una y otra vez por todas partes, pero el espectro era increíblemente ágil y esquivaba cada uno de mis ataques con facilidad mientras retrocedía, siempre un segundo por delante de mí, casi como si se estuviera burlando de mi lentitud.

Y yo estaba cada vez mas sorprendida.

Nunca había visto nada igual, ni siquiera con los vampiros más poderosos que había enfrentado. Justo cuando creía que podría atinarle, el infernal jinete me esquivaba y se movía al otro lado, o saltaba sobre mí, o desaparecía entre las tumbas.

Hasta que después de varios minutos de frustrante persecución me detuve contra un árbol, respirando agitadamente mientras con una mueca arrogante le decía: “Esta bien, lo reconozco, peleas bien. Pero esta noche el trato es este: Tu mueres.”

El Jinete extendió los brazos en un gesto desafiante.

En ese momento vi una posibilidad, por lo que con agilidad felina agarré la estaca y se la lancé con todas mis fuerzas, apuntándole al corazón.

Pero lo sucedió me dejó helada.

Con un movimiento sobrehumano el infernal ser agarró la estaca en el aire y la tiró al suelo con desdén, a la vez que me hacía una señal de negación con el dedo, provocándome.

“¿Pero cómo…?” Dije boquiabierta, ya que ni siquiera un vampiro hubiera sido capaz de desviar el tiro, y mucho menos agarrarlo en el aire. Pero este no era el momento para reflexionar, así que rápidamente tomé otra estaca de mi cinturón y de nuevo me enzarcé con el Demonio en un mortal baile por todo el cementerio, con la fría punta de mi estaca dando zarpazos en el aire una y otra vez sin encontrar su destino.

Hasta que después de un rato el cansancio comenzó a hacer mella en mí, y con preocupación noté que mi puntería ya no era la misma, ni tampoco mis reflejos. Pero lo peor fue que el diabólico ser también lo notó y comenzó a jugar más agresivamente conmigo, acercándose cada vez más mientras esquivaba mis ataques, hasta que con un movimiento audaz logró ponerse en mi espalda y deslizó lujuriosamente su mano por mi vientre.

Y no sé que me sucedió.

En el momento en que su piel tocó la mía un exquisito latigazo sexual se extendió violentamente por todo mi cuerpo, casi como hubiera agarrado un cable de alta tensión, y sin poder evitarlo me caí al suelo torpemente mientras luchaba por controlar mis gemidos, temblando de excitación. “Ah, ¿Q.qué fue… eso?”

Pero la respuesta era evidente. Ya una vez Giles me había advertido del poder de algunos demonios conocido como “El toque sexual”, el cual podía convertir a la más santa en ninfómana en cuestión de segundos, y el truco solo requería que te pusieran la palma de la mano sobre la piel para activarlo.

Y el espectro sólo me observaba en silencio a la distancia, como si hubiera dejado en claro quién mandaba aquí.

Pero yo le demostraría su error.






3er Acto: Vencida, sometida y...


“C.controlate, 
Buffy, contrólate.” Me dije con una expresión de angustia mientras me levantaba con dificultad, sintiendo como el calor entre mis piernas era casi irresistible y me impedía pensar claramente.

Pero al ver al Espectro tan tranquilo la sangre me hirvió y volví a atacarlo con determinación, persiguiéndolo entre las tumbas mientras él lograba evadirme una y otra vez, hasta que de nuevo esquivó uno de mis golpes y con un gesto claramente sexual volvió a deslizar su mano por mi vientre, lo que instantáneamente me volvió a mandar al piso gimiendo. “Ahhh… D.dios, no…”

Simplemente, era placer en estado ***** inyectado directamente en mi torrente sanguíneo, y puse una expresión de angustia mientras por mi mente desfilaban las mas indecentes y depravadas imágenes sexuales, con mi cuerpo pidiéndome a gritos algún tipo de alivio porque si no me derretiría ahí mismo.

Y sentí miedo por primera vez.

Quizás este era un rival demasiado poderoso para mí.

“N.no... no, no debo rendirme.” Me dije con voz apuros mientras volvía a incorporarme, tratando de luchar contra las reacciones físicas de mi cuerpo a la vez que miraba de forma desafiante al espectro. “¿T.te crees muy listo, no? –Le dije con rencor. – ¿C.crees que vas a sodomizar a una cazadora esta noche?”

Ninguna respuesta.

Cerré los ojos e inhalé profundamente, consciente que todo dependía ahora de un último y decisivo esfuerzo para ganar esta batalla, y si fallaba no habría un plan B.

Entonces grité con furia y usando el resto de mis fuerzas me lancé contra el infernal ser, con la mirada fija en su pecho mientras el mundo a mí alrededor se movía en cámara lenta, a la vez que la punta de mi estaca se acercaba cada vez más a su corazón.

Pero con un movimiento brutal el Jinete esquivó mi ataque, y antes de que pudiera reaccionar me cubrió firmemente la cabeza con una gruesa capucha negra y entre agresivos forcejeos me empinó contra una de las lápidas cercanas.

“¡S.sueltame, maldito!” Grité con impotencia en medio de la más absoluta desorientación, luchando desesperada por darme la vuelta, pero sin darme tiempo a nada las poderosas garras metálicas del espectro me agarraron las muñecas y las amarraron fuertemente en mi espalda, inmovilizándome.

Y yo estaba como loca, respirando agitadamente debajo de la capucha mientras me retorcía contra las ataduras y pataleaba, pero aun faltaba lo peor...

Porque de repente el infernal ser agarró mis shorcitos y con un fuerte tirón me los bajó hasta las rodillas junto con mi tanga, dejando mis firmes nalgas completamente expuestas.

“N.no...” Meneé la cabeza en negación, y entonces sentí que algo duro, grueso y resbaloso se deslizaba entre mis nalgas hasta llegar a mi ano, presionándolo agresivamente pero sin penetrar.

Y de nuevo un brutal latigazo sexual estremeció mi cuerpo, haciendo que me retorciera descaradamente contra la lápida en medio de los mas indecentes gemidos sexuales, sintiendo como el poderoso miembro del Demonio emitía un calor que me quemaba por dentro y que se volvía cada vez mas irresistible. Oh Dios… s.se siente… caliente, su verga… oh Dios.

El Demoniaco ser sabía que mi voluntad se estaba cayendo a pedazos y que todo era cuestión de tiempo, y en ese momento comenzó a frotar vigorosamente la gruesa cabeza de su miembro contra mi apretado agujerito, en deliciosos círculos que crecían y disminuían, preparando pacientemente mi culo para su castigo, hasta que…

No pude más.

Puse una carita de angustia y con voz débil dije: “M.métemela.”

En ese momento el espectro agarró mi cabeza entre sus garras y de forma humillante me obligó a apoyarla contra la lápida, en un gesto que parecía representar mi sumisión, y entonces se acomodó detrás de mí y comenzó a enterrarme su gruesa verga en el culo sin piedad, centímetro a centímetro.

“Ahh, D.dios… ” Me mordí los labios mientras temblaba de excitación, sintiendo como la poderosa anaconda se deslizaba cruelmente entre mis nalgas y la presión en mis intestinos aumentaba cada vez más, hasta que después de algunos agónicos segundos las caderas del espectro se apretaron contra mi cuerpo y supe que me la había metido TODA.

Y la sensación era sublime.

Su miembro parecía que estuviera hecho de fuego, y su calor en mis entrañas me consumía de forma indescriptible, mientras yo arqueaba la espalda y paraba las nalgas desvergonzadamente, pidiendo más con cada gemido mientras mis jugos resbalaban por mi entrepierna.

Y mi castigo comenzó.

Con un movimiento dominante el Espectro colocó su pesada mano en la base de mi espalda mientras con la otra me mantenía mirando hacia abajo, y entonces sus caderas me embistieron agresivamente y comenzaron a bombear mi culo a un ritmo brutal, casi insoportable.

Y yo me retorcí en éxtasis contra la lápida mientras unas gotas de sudor resbalaban por mi rostro, con mi cuerpo sacudiéndose de atrás para adelante con cada acometida mientras mis firmes nalgas recibían su cruel castigo, a la vez mientras mis intestinos eran llenados y vaciados sin piedad. “Ahh… p.por Dios, ahhh…”

Simplemente, el placer era demasiado, y el poderoso golpeteo en mis entrañas me estaba volviendo loca, en una cadencia hipnótica que se multiplicaba al sentir como mi ano se apretaba vigorosamente alrededor de la verga que cruelmente lo profanaba.

De repente oí a la distancia a Willow llamándome: “¡Buuuufffyyyyy!”

Pero yo no podía responder, y entre el infernal calor en la máscara y el terrible abuso que mi culo estaba sufriendo, solo atiné a gemir débilmente: “Ah…”

“¡Buffffyyyyy!” Gritó nuevamente Willow a la distancia, alejándose.

Y mi boca se abría para llamarla, pero no podía encontrar la voluntad para hacerlo. Además, ¿Realmente soportaría que Willow me viera así? Empinada contra una lapida en la postura más humillante y con la cabeza cubierta, atada de manos, y con los shorts en las rodillas mientras un Demonio me la mete por el culo.

N.no creo. Pensé febrilmente mientras el Espectro seguía montándome vigorosamente, con sus caderas dando poderosos martillazos contra mi cuerpo una y otra vez mientras yo abría la boca de forma sexual y pasaba la lengua por mis labios, jadeando tiernamente. M.mas, más… más duro, más… oh Dios.

Y durante casi 15 minutos sólo el sexual sonido de mis firmes nalgas recibiendo su castigo y mis débiles gemidos interrumpieron la paz del antiguo cementerio, hasta que de repente el Jinete se apretó contra mi cuerpo…

…Y su verga comenzó a escupir su diabólica semilla en mis entrañas.

“Oh… Dios.” Gemí mientras pataleaba de forma infantil y apretaba el culo con impotencia, sintiendo como su leche me quemaba deliciosamente las entrañas mientras entraba en cantidades industriales en mi cuerpo. C.como quema… oh D.dios.

Y el infernal ser me mantuvo completamente inmovilizada mientras sus caderas daban suaves pero vigorosos movimientos contra mi cuerpo, terminando de inyectarme su semilla, hasta que finalmente lo logró y con un movimiento brusco salió de mí, cortando entonces mis ataduras para liberarme.

Pero yo estaba demasiado débil para hacer algo, y con pesadez mis brazos cayeron sobre la lápida mientras respiraba agitadamente, sintiendo un exquisito dolor el culo mientras mi ano se cerraba poco a poco y dejaba escapar un hilito de semen.

Y me quedé así durante casi 10 minutos, hasta que…

“Oh… D.dios…” Me dije con la voz entrecortada mientras me quitaba la pesada capucha y respiraba profundamente, casi como si no creyera lo que me acababa de pasar, y entonces agarré los costados de mis shorcitos y con mucha vergüenza me los subí de nuevo junto con mi tanga. “D.debo encontrar a… Willow.” Me dije mientras caminaba vacilante entre las tumbas, sintiendo una indescriptible sensación de llenura en mi estomago.

Y apenas había avanzado unos cuantos metros, cuando oí una voz familiar.

“¡Buuuufffyyyy!” Gritó Willow al verme mientras corría con agitación hacia mí. Pero cuando me vio tan despeinada y sucia se detuvo y con miedo me preguntó: “¿Estas bien, 
Buffy?”

“Y.yo…” Intenté decir.

La expresión de Willow cambió de golpe. “N.no, no me digas que el Espectro te…”

“N.no, no seas tonta. -Dije con una sonrisa fingida. –Ya lo maté.”

Willow me abrazo fuertemente y con voz tierna me dijo: “Que bueno, tenía mucho miedo. Pensé que este espíritu sería demasiado hasta para ti.”

“N.no te preocupes.” Le respondí con una expresión de confianza. “Ya no existe.”

Willow sonrió de forma simpática y me dijo: “Si, lo sabía. Tú eres la mejor. Vamos al Jeep, ¿Ok? Lo dejé aquí cerca. Por cierto, ¿Quieres unos hot cakes?”

“¿Hot cakes? ¿Qué…?”

“Perdona, -Dijo con mucha pena. –Es que cuando estoy nerviosa digo incoherencias.”

Me reí ante la ocurrencia y di unos pasos tras de ella, pero inmediatamente sentí algo de dolor y puse una mueca, por lo que Willow me preguntó: “¿Buffy, estas bien?”

“S.si, es que… -Mentí descaradamente. -En la lucha el Jinete me arrojó contra un árbol. ¿P.podrías traer el Jeep aquí?”

Willow sonrió emocionada y dijo: “¡Claro! Espérame, voy por el.”

Con apuros me senté en una piedra cercana y recordé en detalle lo que acababa de pasar, y mientras más lo pensaba más me recriminaba a mi misma: “¿Cómo pude ser tan estúpida? ¿Cómo dejé que un Demonio me hiciera esto?”

Pero en ese momento una ligera brisa pasó junto a mí, y no sé por qué, pero cuando volteé hacia abajo…

…Ahí estaba la hermosa rosa roja.

Y sin poder evitarlo sonreí.

domingo, 8 de marzo de 2009

Diario de una Escort 2: El americano Sodomizador

Me senté en la cama por unos minutos, apretando con nervios las manos. Hasta ahora todo había sido muy fácil, pero hoy en la noche seria la hora de la verdad y francamente me sentía algo asustada. ¿Con quién me tocaría salir hoy? ¿Sería un tipo guapo.. o feo? ¿Un millonario excéntrico? ¿Y si el tipo era un pervertido?

En fin. Solo me quedaba esperar.




*** En la agencia, 10pm ***




Entre lentamente al salón rojo y ahí estaba Paola esperándome.

“Guapísima .. simplemente divina, Josie..” Dijo mientras complacida me examinaba con la mirada.

“G.gracias señorita Paola.. me siento muy feliz.”

“De nada, Josie.. la agencia siempre cuida a sus chicas.”

Entonces Paola cerró la puerta del salón con llave y con un gesto simpático me señalo una pequeña maletita que estaba en la esquina.

“Ábrela y adentro encontraras tu atuendo para esta noche, Josie..”

Con una actitud juguetona fui rápidamente a abrir la maletita, pero cuando vi el tipo de ropa que estaba adentro me emocione un poco. Ahí estaba un sensual vestidito negro ajustado y una micro tanguita del mismo color, y debajo de ellos vi unos lindos zapatos negros de tacón de aguja.

Sentí una súbita ola de ansiedad por todo mi cuerpo al ver el atuendo tan descaradamente sexy, ya que tan solo hace unos días nunca hubiera considerado siquiera ponerme algo así.

“Quiero verte con eso puesto, Josie.. “ Dijo Paola con una mirada enigmática mientras se sentaba en una silla cercana.

“Pero.. ¿Aquí?”

“Si, Josie, aquí.. –Dijo Paola con una risita-- me encanta ver a mis chicas ponerse sus trajecitos.. Dame ese gusto, ¿Ok?”

“Bueno.. lo hare, señorita Paola..”Respondí con una actitud derrotada. Era evidente que en la agencia yo no tenía voz ni voto, y aun muerta de vergüenza me tendría que cambiar enfrente de mi jefa.

Con mucho pudor me fui quitando la ropa hasta quedar desnuda, y vi de reojo que Paola me observaba complacida. Como pude trate de ignorar sus miradas y entonces tome primero la delicada tanguita negra y la fui subiendo por mis piernas hasta que quedo firmemente colocada entre mis nalgas.

“Uff..” Se me escapo un suspiro.

“Te gustó ¿No es así?” Dijo Paola dándole un sorbo a una copa de vino. “Por cierto, te ves preciosa así, depilada por completo.”

“Y..yo.. no sé, es que.. se siente raro..” Conteste entre risitas.

“Ya te acostumbraras, Josie.. continua por favor..”

Asentí con la cabeza y me puse entonces el vestido negro, pero cuando estuvo en su lugar vi con horror que apenas si cubría un poquito por debajo de mis nalgas.

“Pero.. se me va a ver todo..” Dije con voz suplicante a Paola, que solo sonreía.

“Pues esa es la intención ¿No? Si te sirve de consuelo, te ves tan sexy que me dan ganas de agarrarte a mordidas.. “

Me sonroje inmediatamente al oír eso. ¿Estaba coqueteando conmigo Paola? No supe que decir y aturdida agarre los zapatos negros y me los puse. Luego respire resignada y arregle ligeramente mi largo cabello para que ondulante cayera en mis hombros.

“Espectacular, Josie.. te ves lindísima”

“Pero.. me da mucha pena.. voy mostrando todo..” Dije con voz baja.

“No te preocupes. En unos meses ir vestida así se volverá algo natural en ti. ¿Ok? Ahora bien, te informare de tu cita para esta noche. Es un empresario texano de 50 años, se llama Lothar, y lo vas a encontrar en el restaurante “Centro Castellano” en Polanco.”

“Oh.. ¿Me llevo mi carro a la cita?” Pregunte con ingenuidad.

Paola no pudo contener la risa, y durante algunos segundos no pudo ni hablar. Finalmente logro calmarse y me dijo: “¡Noooo! ¿Cómo crees? Nuestras chicas no llegan en carros viejos a sus citas. Te enviare en un BMW con uno de nuestros choferes.”

“B.bueno..” Dije apenada, sintiéndome la más tonta del universo.

“Ahora bien,--Dijo Paola con súbita seriedad-- Debo hablarte de la cita de hoy.”

“¿Si?”

“Veras.. nuestro cliente, el señor Lothar, normalmente nos solicita chicas jóvenes primerizas para sodomizarlas, y puede ser muy agresivo en ese aspecto. ¿Entiendes?”

“Oh Dios..” Me quede pasmada. Yo nunca había tenido sexo anal, y de repente en mi primera salida tener que ir con un experto pues..

…me estaba dando mucho miedo.

“Pero no te preocupes, Josie.. lo conozco bien. Él sabrá manejarte.” Dijo Paola con una sonrisa calmada.

“P..pero.. señorita Paola, ¿Y si no me gusta por atrás?”

“Mira, si sientes algún problema, dile y no pasa nada. Aunque hasta ahora a ninguna de las otras chicas le ha molestado lo que les hizo. ¿Entiendes?”

“S.supongo..aun así yo…”

“Bueno, no se diga mas Josie.. ve de una vez a la cita. ¿Ok?”

“Si, señorita Paola..” Dije tragando saliva, y entonces con muchos nervios me puse en marcha al carro que ya estaba esperándome en la entrada.




*** Centro Castellano, 11pm ***



Apenas entre al restaurante voltee a ver a todas partes y pude darme cuenta que el lugar realmente era muy bonito. Tenía una decoración rustica en madera y lámparas amarillas, y quizás por la hora estaba completamente lleno.

Sentía mi corazón latir con muchísima fuerza, ya que estaba simplemente aterrada. Y así me quede paralizada en la puerta hasta que una de las meseras se me acerco y me pregunto: “Hola.. ¿Puedo ayudarte?”

“S..si…--Respondí torpemente—Estoy buscando al señor Lothar..”

“Ah, si, por supuesto.. es aquel que está sentado con ese grupo de empresarios.”

“Gracias..” Dije con voz apenas perceptible, y sin poder contener mi curiosidad voltee a verlo.

Francamente, no se parecía en nada a lo que había imaginado. Pensé que sería el típico turista americano, viejo y feo. Pero no, el tipo si se veía de unos 55 años, pero por su elegante traje negro y musculatura estaba claro que se había conservado bien.

Me puse algo nerviosa cuando vi su rostro, ya que tenia facciones realmente duras, como si fuera un torturador nazi o algo por el estilo. Y para colmo, también llevaba su blanco cabello recortado al estilo militar, dándole un aspecto aun más siniestro.

Lentamente me acerque a su mesa y pude ver que el americano y sus amigos estaban armando un gran barullo, platicando y brindando alegremente. Apreté mis manos con pena y haciendo un esfuerzo me presente: “¿H..hola..? ¿Señor Lothar?”

La mesa se quedo en un silencio sepulcral mientras todos los asistentes volteaban a verme con franca lujuria en sus caras. Entonces el americano amablemente se levanto y sin darme tiempo a reaccionar me dio un beso en la mano.

“Perfecto.. –Dijo con una sonrisa lujuriosa y un español deficiente--simplemente perfecto. Paola saber elegido correctamente, nenita.”

Los colores inmediatamente se me fueron al rostro, entre apenada y halagada, y en ese momento los demás tipos comenzaron a aplaudir y piropearme.

“G..gracias..” Dije con torpeza mientras Lothar colocaba una silla para que me sentara junto a él.

“Definitivamente, nenita, voy a divertir contigo hoy..”

“Bueno.. yo..” Trate de decir algo para cambiar el tema de conversación.

“Nada, nenita.. ¿Querer algo de tomar?” Me pregunto Lothar mientras llamaba a un mesero.

“No, bueno.. un vaso de agua.. por favor..”

Lothar inmediatamente ordeno mi bebida, y acto seguido giro sobre su silla y con sus ojos azul acero se me quedo mirando obsesivamente.

“God..realmente tu ser hermosa.. ¿Cuál ser tu nombre?”

Oh Dios. No había pensado en eso. Se supone que todas las chicas que trabajan en esto inventan algún nombre para usarlo con fines “artísticos”. Pero en este momento la pregunta me tenia indefensa.

“J..Josie..” Respondí apurada, y casi al terminar la frase me arrepentí. Le había dicho mi verdadero nombre, Oh Dios..

“Hermoso nombre, Josie.. ¿Tu primer vez en “cita”?”

“Si.. es la primera, señor…”

De reojo pude ver que los demás tipos en la mesa ahora platicaban de sus asuntos sin tomarnos tanto en cuenta. Respire aliviada, ya que tener tanta atención así me tenía un poco incomoda. Entonces el americano de forma simpática dio unas palmaditas en su regazo, obviamente indicándome que quería que me sentara en sus piernas.

Dudando, me levante de mi asiento y fui a sentarme en sus piernas, pero apenas mis nalgas se posaron sobre su cuerpo el americano me sujeto firmemente de la cintura y agresivamente me apretó contra su pecho. No pude ni siquiera reaccionar, porque casi inmediatamente su rostro se poso en mi hombro izquierdo y comenzó a decirme cosas al oído.

“¿Estar más cómoda así, señorita?”

“ S..si..” Dije tratando de voltear la cara, pero como relámpago una de sus manos me sujeto la cabeza y me obligo a seguir mirando al frente.

“Discúlpame, así gustarme a mí.. tu ser muy obediente, ¿No es verdad?”

“S..sí, señor.. “ Dije mordiéndome los labios, visiblemente excitada ante la situación. Por alguna extraña razón estaba disfrutando ser tratada así de forma tan dominante.

“Perfecto.. –Dijo él mientras su erección crecía y se apretaba con fuerzas contra mis nalgas—Tu tener un culito hermoso. Muy hermoso. ¿Ser virgen por ahí?”

“G..gracias.. y si. Si.. soy.” Dije tragando saliva mientras cerraba los ojos. La adrenalina recorría violentamente mi cuerpo, y mis pezones reaccionaron irguiéndose desafiantemente contra mi vestido negro. Mi excitación cada vez era más evidente.

“Perfecto..”

El americano me sujeto aun más firmemente contra su cuerpo, y sus poderosas manos recorrieron con descaro mi vientre y piernas una y otra vez, acariciándome con rudeza. Apenada por el espectáculo que estaba dando, voltee a ver al resto de los comensales, vi que varios de los tipos habían dejado de atender sus asuntos y de nuevo no me quitaban la vista de encima.

Sin duda les estaba dando un show muy entretenido. Estuvimos así por algunos minutos, hasta que finalmente el americano me dijo al oído:

“Creo que deber irnos ahora, Josie..”

Y no pude menos que sentirme aliviada. Al menos así se acabarían las miradas indiscretas. Acto seguido, el americano se levanto junto conmigo de su asiento y comenzó a despedirse de sus amigos.

“Ah mis amigos.. deber irme ya, un par de nalguitas me esperan..” Dijo a modo de broma mientras todas las miradas caían en mi. Y yo solo pude morderme los labios con molestia, ya que ser exhibida así, como “un par de nalguitas” frente a tantos tipos pues no me había caído muy en gracia.

Como sea, para no enojarme más trate de pensar en otra cosa, y así estuve hasta que después de algunos minutos el americano por fin termino de despedirse de sus amigos, y entonces me fue guiando hasta la entrada en donde ya nos esperaba su carro, un lujosísimo mercedes benz convertible. Con mucha caballerosidad Lothar me abrió la puerta del mismo y una vez que estuve adentro se coloco en el asiento del conductor y partimos hacia su hotel.

Por algunos minutos el americano manejó por las saturadas calles de la ciudad en total silencio, hasta que de repente volteo a verme para preguntarme algo.

“Y decirme, Josie.. ¿Qué tan buena tu ser mamando verga?”

Oh Dios. Me quede helada ante esa pregunta.

“Y.yo.. un poco.. yo..”

El americano me sonrió de vuelta y aprovechando una luz roja se bajo el zipper y saco su gigantesco miembro del pantalón. Era un instrumento enorme, increíblemente grueso y en la punta se veía una enorme cabeza morada que brillaba sutilmente con la luz. Entonces, con un gesto dominante, Lothar acerco su mano a mí y con cuidado deslizo sus dedos entre mi cabello, para acto seguido irme bajando hacia su regazo.

“S..señor, no, y.yo…” Trate de decir, resistiéndome débilmente, pero era inútil. El tipo tenia muchísima fuerza y lentamente mi cara se iba acercando a su miembro sin que yo pudiera hacer algo. Y francamente me horrorizaba la idea de que cualquiera que se asomara al carro me vería en tan comprometida situación.

“P..por favor...” Intente decir de forma suplicante y justo en ese momento mis labios llegaron a la gruesa cabeza morada. El americano no tuvo piedad y con un empujón firme su verga penetro en mi boca y fue deslizándose poco a poco hasta que la dejo completamente llena.

“¡Mmfmf…mfmfm…!” Gemí con impotencia, pataleando ligeramente.

“Perfecto, Josie.. tu ser muy buena mamando..” Dijo el americano mientras su mano comenzaba agresivamente a subir y bajar mi cabeza. Y no sé porque, pero de repente algo en mi interior se activó porque me sentí increíblemente excitada.

Oh Dios… ¡Me estaba gustando! Y mi mente pareció borrarse de golpe, y solo un pensamiento quedo: Debía mamar pito con todas mis fuerzas.

“MFm…mmfm…mfmf…” Entonces apreté con energía mis labios alrededor del poderoso falo y sin necesitar ya ayuda de nadie comencé a mover mi cabeza de arriba para abajo, apretando mi boca y succionando con tal fuerza que creo que le dolió un poco al americano.

“Eso es, nenita.. tu solita, mamar con fuerzas…”

“Mfmf…mfm…mfm….mfm..” Gemí en éxtasis, fascinada de tener la boca llena de verga y con mi lengua vuelta loca, retorciéndose alrededor de la gruesa cabeza morada. Y el americano ahora me acariciaba la cabeza suavemente, entre gruñidos tensos y una que otra mala palabra, mientras yo continuaba mamando y mamando hasta que perdí el hilo del tiempo.

Y creo que pasaron unos 10 minutos o más, no lo sé, pero durante todo ese tiempo mi boca devoro agresivamente a la cruel serpiente una y otra vez sin darle tregua, hasta que la acorrale para sacarle su veneno.

Entonces una mano poderosa me sujeto la cabeza y me obligo a quedarme quieta, mientras un espeso y salado liquido entraba en cantidades industriales a mi boca. Dios, que delicia, pensé mientras daba el primer trago y sentía como se me quedaba pegado en la garganta. Y luego di otro… y otro..

“Tomártelo todo, Josie.. uff.. todo..” Dijo Lothar mientras me seguía sujetando la cabeza, y yo dije que si con la cabeza, sin poder hablar. Y seguí bebiéndome su semen con voracidad hasta que finalmente gane la batalla y su verga quedo seca.

Entonces él me soltó y al verme liberada lentamente me volví a sentar en el asiento, como si no hubiera pasado nada. Pero en eso alcance a ver algo de reojo, y cuando voltee a ver me di cuenta con muchísima pena que un autobús estaba junto a nosotros en un alto y algunos tipos me veían con lujuria desde las ventanillas.

“Oh Dios.. vieron todo..” Dije poniéndome roja y cubriéndome la cara, pero al ver mi predicamento Lothar solo sonrió y acelero el carro para perder de vista al camión.

“No preocupar, Josie.. ya estar lejos el camión..” Dijo Lothar con una sonrisa maliciosa, evidentemente disfrutando de mi reacción. “Y tu tener boca salvaje.. yo estar muy feliz.”

Durante el resto del trayecto no dije ni una palabra, demasiado avergonzada por lo que acababa de suceder. Lothar me dio entonces unas palmaditas cariñosas en las piernas para indicarme que ya habíamos llegado a su hotel. Me baje del auto rápidamente, tratando de esquivar las miradas de los chicos del servicio ahí presentes, por miedo a que de alguna forma supieran cual era mi objetivo ahí.

Y finalmente llegamos a su cuarto, y cuando lo vi me quede fascinada. Esta no era una habitación cualquiera, sino el pent-house presidencial, y el lujo era ridículamente excesivo. Frente a mi estaba un espacio inmenso, con acabados de mármol y aluminio por todas partes, con una elegantísima sala y comedor a la izquierda y una deliciosa recamara principal a la derecha.

“Wow…”Dije con ingenuidad mientras caminaba en dirección a la cama.

Sin dudas era la más bonita que había visto en mi vida. Se veía apetitosa, con unas colchas blancas hermosísimas y unas almohadas gordas comodísimas. No pude mas y con un gesto coqueto me senté en el borde y rebote juguetonamente una y otra vez.

“Esta hermosa esta habitación, Lothar..” Dije entre risitas.

“Que bien, alegrar que tu gustar..” Respondió el con una mirada enigmática.

“No puedo creerlo.. has de ganar mucho dinero ¿No?” Pregunte inocentemente.

“Si.. algo. Me alcanza para vivir bien.” Dijo él mientras se quitaba el saco y lo colocaba en un perchero.

“Wow…”

“Ahora, Josie… desnudarte, por favor..”

Asentí obedientemente, y por alguna extraña razón no sentí nada de pudor al quitarme el vestidito negro y luego la tanguita, aunque me deje los zapatos de tacón. Lothar se me quedo viendo con una expresión de fascinación, y sin demorarse mucho también se quito la ropa.

Y ahora que lo veía sin el traje mi lujuria creció aun mas, ya que el americano tenía un cuerpo impresionante. Músculos bien torneados por todos lados, e incluso su rostro ya no me parecía tan intimidador como antes.

“¿Qué quieres que haga, Lothar?” Pregunte con timidez.

“Primer regla.. llamarme Amo a partir de ahora. ¿Entendido Josie?”

“S..si.. Amo..” Asentí con sumisión, mordiéndome los labios.

“Ahora bien.. ponerte en 4 sobre la cama..” Dijo con autoridad.

Rápidamente me coloque en la posición pedida, e inconscientemente arquee como felina la espalda y deje mis lindas nalguitas paraditas en actitud coqueta. El americano, visiblemente complacido por mi actitud, lentamente se acerco por detrás de mí y con sus frías y poderosas manos agarro mis nalgas y las apretó violentamente.

“Uhh…” Gemí con picardía.

Entonces Lothar apretó su rostro entre mis nalgas y pude sentir sus labios apretándose con fuerza desmedida alrededor de mi indefenso agujerito. Su lengua entonces salió de su escondite y juguetonamente comenzó a frotar en veloces círculos mi ano, casi causándome un desmayo.

“Oh Dios…” Dije con la respiración entrecortada, disfrutando infinitamente las nuevas sensaciones en mi trasero. Poco a poco los círculos que la lengua del americano describía en su erótico baile se fueron haciendo más pequeños, hasta que de repente y con un firme empujón comenzó a deslizarse en mi interior.

Mi ano reacciono con un violento apretón, inmovilizando al resbaloso intruso en su lugar por algunos segundos. Me dio un poco de risa la situación, y como pude trate de relajarme, permitiendo que la atrevida lengua volviera a su descarada misión. Y así fue metiéndose mas y mas en mi cuerpo y cuando llego al fondo comenzó a moverse vigorosamente de atrás para adelante, como si fuera un pequeño pero insistente falo.

Yo me estaba volviendo loca de placer. Comencé a sudar deliciosamente mientras apretaba los puños, poniendo una carita de angustia con cada ataque anal.

“Delicioso culo…” Dijo entonces Lothar con una voz picara, y solo pude responder con unos tiernos quejiditos. Y su lengua al parecer estaba entrenada para violar, porque de repente acelero su ritmo y comenzó a entrar y salir de mi culo con una velocidad increíble, haciéndome saltar juguetonamente con cada acometida.

“Ah….mmm…mmmm” Comencé a gemir sin poder controlarme.

“Así, nenita.. mas fuerte..” Dijo Lothar detrás de mí sin detener sus atenciones ni un segundo. “Gemir para mí.”

Y al oír eso mis actitudes se fueron volviendo cada vez mas descaradas, y en pocos segundos ya estaba gimiendo como puta, arqueando la espalda y parando descaradamente el culo para recibir más castigo de su poderosa lengua. Y con una ronca risita el americano respondió apretando aun mas su cara entre mis nalgas mientras con una mano me daba rápidas palmaditas sobre mi coño.

“Ay…ahh….mmm..” Gemí febrilmente, apretando las sabanas con fuerza y saltando un poquito con cada golpecito. Todo era exquisito, y ante tanto placer me sentía a punto de un desmayo.

De repente Lothar dijo algo que me preocupo un poquito: “Debo preparar tu ano para lo que viene, nenita.. “

“Ayy..D..dios…” Dije con apuros. “Pero.. yo nunca he…tenido sexo anal, Lothar..”

“No preocupar, nenita.. tratarte delicado lo hare..”

Nunca hubiera imaginado que sentiría tanto placer de esta forma. Me sentía sucia, pervertida, de lo peor…

Pero la sonrisa no me la quitaba nadie.

Cerré los ojos y de nuevo perdí el sentido del tiempo. Y así pasaron 15 minutos en los cuales el americano no dejo ni un instante de comerme el culo, y ya para entonces todo mi cuerpo había reaccionado en consecuencia. Sentía muchísimo calor, y mi piel estaba cubierta de una deliciosa capa de sudor que hacía que mi largo cabello se quedara pegado en mi rostro. Mi clítoris pulsaba insistentemente, clamando por algo de atención, y la humedad entre mis piernas era evidente.

Y mi respiración estaba agitadísima.

De repente el americano con mucha delicadeza coloco una almohada debajo de mi vientre, y después puso su mano en mi espalda baja y me empujo hacia abajo para acostarme sobre ella, para de esa forma asegurarse que siempre tuviera las nalgas siempre apuntando hacia arriba y la espalda arqueada.

Entonces saco una botellita de lubricante de uno de los cajones y con mucha paciencia comenzó a aplicarlo alrededor de su miembro y en mi ano, vigorosamente metiéndome uno y dos dedos para aflojarme.

Voltee a verlo y sonreí con una actitud lujuriosa. Se sentía delicioso.

“¿Estar lista Josie?” Dijo después de algunos minutos, cuando mi culito había quedado perfectamente lubricado.

“S..si..Amo..” Asentí con una actitud infantil, y en menos de un segundo el americano se coloco sobre mí con una actitud dominante pero sin colocar todo el peso de su cuerpo sobre el mío. Entonces saco por debajo de una almohada un pequeño par de esposas metálicas y sin pedirme permiso me obligo a poner mis brazos doblados en la espalda y las coloco en mis muñecas.

Click…

“Auch…” Trate de decir, un poco entre queja y excitación. Pero el Americano me dio una nalgadita rápida como reprimenda y sin detenerse coloco su brazo izquierdo debajo de mi cabeza, para que fuera algo así como mi almohada.

Dios. Me tenia completamente a su merced.

Nunca me había sentido así, tan indefensa y vencida, la hembra sometida ante el macho que la domina y la va a hacer suya sin piedad. Y sin poder evitarlo me sonroje muchísimo, y mordí mis labios con ansiedad.

Entonces el americano fue dejando caer su peso sobre mi cuerpecito y me queje un poquito.

“Uff..P..pesas mucho..” Dije con una risita.

Lothar se rio ligeramente al ver mi reacción pero aun así siguió con su plan. Con toda la calma del mundo coloco la punta de su poderoso miembro entre mis nalgas y la fue frotando de arriba para abajo, hasta que finalmente quedo apuntando directamente a mi ano.

“U..uy…” Dije asustada dando un saltito. Lothar se rio nuevamente y me dijo al oído:

“No temer, nenita.. lo hare con cuidado.. ¿Ok?”

Asentí como niña chiquita, y sin poder hacer mas cerré los ojos y contuve la respiración. El momento había llegado. Mi ano estaba a punto de ser profanado.

Lothar me sujeto aun con más fuerza contra su cuerpo, y lentamente fue inclinando sus caderas para penetrarme. Abrí la boca de par en par al sentir la tremenda presión de su verga contra mi indefenso orificio, pero al parecer mi ano no iba a rendirse tan fácilmente. El heroico agujerito opuso muchísima resistencia, cerrándose con una fuerza desmedida ante el extraño cuerpo invasor y durante varios intentos fue imposible de superar.

“A..au….” Me queje un poquito, aunque todavía no sentía ningún dolor o incomodidad. Más que nada eran mis nervios los que me tenían acelerada.

Lothar entendió la situación y se detuvo por algunos segundos. Entonces me dio un beso tierno en la mejilla y siguió con sus intentos para entrar por fin en mi culo. Inconscientemente, creo que yo no estaba cooperando mucho porque sin darme cuenta apretaba mi cuerpo lo mas que podía. Pero al final la persistencia del americano rindió frutos y finalmente con un empujoncito mi ano perdió la batalla y centímetro a centímetro la poderosa anaconda fue entrando en mi recto.

“Oh Dios…oh Dios.. oh Dios…” Dije en voz baja mientras apretaba con fuerzas los puños en mi espalda, sin poder hacer nada más. La presión en mi ano era increíble, sentía como si se me fuera a romper de un momento a otro, como si me estuvieran partiendo en dos. Y sin importarle nada la venosa y gruesa verga del americano seguía deslizándose entre mis nalgas, llenando mi recto mientras la presión en mi estomago iba en aumento.

Con impotencia un par de lagrimas resbalaron por mis mejillas, sintiendo como el placer inicial se volvía lentamente un ligero dolor y unas terribles ganas de ir al baño.

“Au…ve lento..más lento..” Dije con una carita de angustia. Pero Lothar me ignoro cruelmente y siguió enterrándome su espada, evidentemente excitado con mi reacción. La presión en mis intestinos aumentaba con cada segundo que pasaba, y cuando casi sentía que estaba a punto de explotar Lothar se detuvo y con voz suave me dijo al oído:

“Shhhh… Josie, quiero que tu relajarte..tienes la mitad adentro, pero ahora quiero que pujes hacia fuera, como si querer expulsar mi verga de ti.. ¿Entendido nenita?”

¡¿Solo tenía la mitad adentro?! Oh Dios…

Pero yo no soy de las que se rinden. Con dificultad asentí, y mordiéndome los labios puja con todas mis fuerzas. Entonces, para mi sorpresa, el miembro del americano se deslizo vigorosamente de golpe unos centímetros más hacia mi interior. Apreté los puños y de nuevo volví a pujar, y como había sucedido antes su verga entro un poco más.

“Oh… cada vez que hago el esfuerzo.. entra mas…” Dije con voz débil, sudando frio ante la situación.

“Si, nenita.. eso es exactamente lo que quiero.. ahora tu pujar con cada empujón, y relajar con la salida, ¿Entendido?”

“S..si..amo..” Dije sin poder ocultar una sonrisa de triunfo. Le había agarrado el modo a esto del sexo anal.

Y así, entre pujidos y empujones fui comiéndome la verga del americano, hasta que finalmente la tuve por completo en mi interior. Y la sensación era entre rara y excitante. Las ganas de ir al baño ahí seguían, pero el ardor en mi cuerpo se sentía delicioso. Y el movimiento de algo adentro de mi estomago se sentía rarísimo, y con una sonrisita coqueta me di cuenta que su miembro por lo menos debía llegar hasta mi ombligo.

Entonces la batalla comenzó.

Lothar fue sacando lentamente su miembro de mi colita hasta que quedo la mitad afuera, y luego poco a poco me lo enterró de nuevo. Entonces el ciclo se repitió y volvió a sacarla hasta la mitad para luego meterla por completo, y así sucesivamente.

“Uhh….uhhhh….uh…..uh….” Gemí tiernamente, tratando de concentrarme en mis pujidos y exhalaciones. Mis intestinos eran llenados y vaciados sin piedad una y otra vez, y unos segundos después abrí la boca de forma lujuriosa, deslizando mi lengua por los labios.

Y el americano fue montándome cada vez más rápido, hasta que el ritmo se volvió frenético, animal, y la cama se zarandeaba violentamente con cada embestida.

Slap…slap….slap…slap…..

Y poco a poco los malestares en mi cuerpo fueron desapareciendo. Ya no sentía ganas de ir al baño, y aunque la presión en mi interior era cada vez mayor y los golpeteos más violentos. La idea de tener a un completo desconocido bombeándome el culo tenía un gran factor de perversión que francamente me volvía loca.

”Delicioso..” Dije febrilmente, quejándome dulcemente mientras sentía como mi ano se estiraba y encogía con cada embestida, y el golpeteo de las bolas del americano contra mi coño me enviaba señales orgásmicas por todo mi cuerpo.

Slap………..slap…………slap………slap…….

Si..definitivamente el que me dieran por atrás me tenía como gata en celo.

Y Lothar casi no decía nada, aunque sus gruñidos eran cada vez más fuertes. Sin duda, el tipo estaba concentrado en su misión, y así me penetro de esta manera por unos 10 minutos, y cuando me vio lo suficientemente relajada me pregunto al oído:

“Nenita, ¿Estar lista?”

“¿Lista? ¿P.para..que?” Dije con algo de miedo.

“Para esto…”

Entonces Lothar acelero violentamente sus movimientos, a un ritmo endiablado, y su miembro comenzó a taladrarme el culo sin piedad. Apreté de nuevo las sabanas y me puse increíblemente tensa, y sin poder evitarlo unas lagrimas se resbalaron por mis mejillas. “Ahhh….ayy….ahhhh…mmmmmmm.”

SLAP..SLAP..SLAP..SLAP..

Pero no eran lagrimas de dolor o tristeza.

Sencillamente, nunca hubiera pensado que en mi culo estuviera la puerta del cielo. Las sensaciones eran exquisitas, el sentir mis intestinos ser golpeados por dentro una y otra vez a la vez que mi ano se extendía al máximo me tenían retorciéndome de placer, gimiendo y pataleando con cada acometida.

“¡Ugh...uh… uhh.. ugh…así..duro..más duro…!” Gemí guturalmente, lo cual pareció excitar mas al americano.

“Retorcerte como puta, Josie” Dijo con malicia en mi oído.

“UGH….ugh….au..ahh” Obedecí y como pude moví mis caderas de las formas más sucias y sexuales posibles, levantándolas para recibir con más fuerza cada embestida.

SLAP..SLAP..SLAP..SLAP..

Y el castigo era delicioso, y la cama ahora parecía que se iba a desarmar en cualquier momento. Y con cada golpe de sus caderas mi delicado cuerpo se apretaba contra la cama y mis pechos se frotaban con fuerza contra la colcha, haciéndome gemir de placer una y otra vez.

Entonces Lothar se acerco a mi oreja y con mucha sensualidad deslizo su lengua en ella, chupándola y masajeándola gentilmente en contraste con los violentos movimientos de sus caderas.

Abrí la boca de forma lujuriosa, sintiendo como el despiadado ataque contra mi culo aumentaba en velocidad. Mis firmes nalgas rebotaban con fuerza contra su cuerpo mientras en total sumisión yo solo gemía tiernamente y me mordía los labios en éxtasis. A este ritmo me volvería loca, no podría aguantar mucho tiempo más.

SLAP..SLAP..SLAP..SLAP..

El final parecía estar cerca…

SLAP..SLAP..SLAP..SLAP..

Entonces las caderas del americano comenzaron entonces a bombear mi culo de forma aun más agresiva, si esto era aun posible. Me puse completamente tensa, sabiendo que su orgasmo estaba muy cerca.

“Ya casi Josie, tu culo recibir mi leche..¿Entendido?”

“S..si..Amo.. ahhh si.. mi culo es suyo..ahhh….uhhh….uhh….” Respondí febrilmente, jadeando.

Entonces el americano se apretó con violencia contra mis nalgas y comencé a sentir algo cálido en mi interior.
“¡Oh..God.. oh God..F..fuck..!” Grito Lothar a la vez que se apretaba aun mas contra mí, y por sus gritos era evidente que estaba teniendo un orgasmo intensísimo.

“Ah…ah…” Gemí débilmente, temblando ligeramente mientras este hombre masivo se apretaba contra mi espalda y depositaba su semilla en mi cuerpo. Había sido derrotada, sometida y sodomizada, y mi pobre culo seguía pagando las consecuencias…

Pero…

…oh Dios, se sentía riquísimo...

Cerré los ojos y pude sentir como la leche de Lothar me llenaba las entrañas. Era como un calorcito riquísimo en mi estomago, y me daba unas cosquillitas deliciosas, hasta que finalmente, y después de varios agónicos minutos, Lothar se dejo caer sobre mí y me dijo al oído:

“Uff…. Oh god… Ahora cuando yo venir a México solo querer tu culito, Josie… “

Me sonroje ante el comentario, y en ese momento trate de moverme un poco pero de nuevo el americano me sujeto con fuerza y me mantuvo en posición. “No mover hasta que yo te diga..¿Entendido?”

“S..si Amo..”

Entonces me dio un tierno beso en la nuca, y me volvió a decir al oído: “Ahora, vamos a bañar juntos, y luego yo volver a cogerte por la cola..¿Entendiste?”

Me reí coquetamente ante la pronunciación de lo que acababa de decir. Con un gesto tierno asentí con la cabeza. Si mi Amo deseaba “cogerme por la cola” de nuevo.. ¿Quién era yo para negarme?

“Good.. ven conmigo…”

Entonces me cargo delicadamente entre sus brazos y me llevo hasta la tina… y las horas volaron. Lothar resulto ser un amante incansable. Después de sodomizarme en la cama, lo hizo en la regadera y luego en la cocina de la suite. Siempre por el culo, y cuando por fin todo terminó, a eso de las 3 de la mañana, yo estaba exhausta y me dolía todo el cuerpo.

Entonces nos fuimos a la cama juntos, y no tarde mucho en quedarme dormida en los brazos del americano, con una sonrisa en la cara. Nunca hubiera pensado que mi iniciación anal seria así, tan extrema y agresiva.

Pero a pesar de todo, me sentía feliz…

Había completado con éxito mi primera “cita” en la agencia y estaba francamente orgullosa. Había dejado un cliente totalmente satisfecho, e incluso el americano me había dado una propina extra de $1000 dólares. Toda una fortuna para una pobre chica universitaria.

¿Qué sucedería mañana?

No sabía. Pero si el destino me deparaba algo como lo de esta noche…

… seria delicioso.

Una Maestra Especial 4: Una fiesta conflictiva

Una fiesta llena de peleas, egos y conflictos. Y al final sexo sin limites, primitivo y animal.

Descargalo aquí.

Una Maestra Especial 2: Travesura en la Escuela

El segundo encuentro de Alina con Michael, en donde haran algunas cosas "indecentes" en la escuela. :)

Descargalo aquí.

Una Maestra Especial 1: El Inicio

Esta es la historia de Alina, una maestra muy guapa pero que a sus 25 años no ha tenido suerte ni tiempo para el amor. Y un buen dia simplemente decide que se va a atrever a algo mas con uno de sus alumnos, Michael, y...

Bueno, suceden cosas. :)

Descargalo aquí.

martes, 16 de diciembre de 2008

Josie la Escort 4: La Fiesta de las Lesbianas




ACTO 1: La misteriosa misión.



La pesada Hummer negra avanzaba a toda velocidad por el tráfico nocturno, mientras que en el asiento trasero yo iba súper nerviosa, recargando el rostro contra la fría ventana trasera.

“¿Falta mucho, Señor?” Le pregunte tímidamente al chofer.

“No, Señorita. Unos 5 minutos.”

“G.gracias.” Respondí con un suspiro, sintiendo mi corazón latiendo a mil por hora. Y la razón de esto era…

…que Paola no me había querido decir cual seria la misión de esta noche, excepto que sería una fiesta. Y mi curiosidad me estaba matando. ¿Seria una fiesta de pervertidos? ¿De ancianos? ¿De estrellas de Rock?

“Ojala no sea lo que estoy pensando… “Dije poniendo una carita de angustia. “Pero mejor pienso en otra cosa o me volveré loca.”

Entonces voltee a ver mi atuendo para esta noche y una coqueta sonrisa se me escapó. Si, siempre la vanidad aparecía cuando mas la necesitaba, y hoy venía espectacularmente sexy, con unos microshorcitos negros ajustados y un atrevido top semitransparente café que dejaba mi deliciosa espalda a la vista. Y por si fuera poco llevaba mi lindo cabello café suelto hasta los hombros y casi nada de maquillaje, multiplicando por mil mi sex appeal.

Sin duda, pensé con un gesto coqueto, pase lo que pase hoy al menos me veré espectacular haciéndolo.

Entonces volteé a ver por la ventana mientras el paisaje rápidamente cambiaba de las luces de ciudad a las del campo, hasta que después de casi 30 minutos la pesada camioneta aminoró la velocidad y se detuvo frente a unas impresionantes puertas de madera en medio del bosque, flanqueadas por un imponente muro de piedra.

No tardaron mucho en salir unos tipos de seguridad, que después de platicar algo con el chofer nos abrieron las puertas, y entonces nos fuimos internando por un caminito, hasta que de repente…

…Llegamos a una Mansión espectacular en medio del bosque, un edificio gigantesco de estilo rustico construido de ladrillo y piedra, con miles de arcos y ventanas de herradura por todas partes y preciosas tejas rojas en cada techo…

…Pero con apenas unas pocas luces prendidas, dándole un aspecto tétrico.

“¿A.aqui es?” Pregunte con algo de miedo, ya que también el bosque a nuestro alrededor se veía tenebrosamente oscuro y nadie salía a recibirme.

“Si, Señorita.” Me respondió amablemente el chofer, pero con cierta urgencia en la voz.

“P.pero… disculpe Señor, no veo a nadie aquí. “

“No se preocupe, Señorita. Pero debe bajar ya.”

“P.pero…”

“Le aseguro que esta a salvo.”

“Bueno.“ Respondí sin mucha convicción mientras me bajaba del vehiculo. Y apenas cerré la puerta la enorme camioneta aceleró y no tarde en perderla de vista por el camino.

Y entonces me sentí más sola y miedosa que nunca. El bosque parecía hacerse mas oscuro con cada minuto que pasaba, y…

…Justo entonces las pesadas puertas de madera se fueron abriendo lentamente, y el corazón casi se me sale del cuerpo. Pensé que de ella saldría Drácula en persona para matarme o algo peor, pero…

En su lugar vi a un chico rubio guapísimo y alto caminando hacia mí, con un cuerpo atlético enfatizado por unos pantalones finísimos de rayas y una camisa blanca de manga larga. Pero conforme se fue acercando me di cuenta que en realidad…

…Era una chica. Las facciones delicadas en su rostro eran inconfundibles, por mucho que lo quisiera disimular.

“Hola, soy Daniela.” –Me dijo la chica con un tonito travieso. “Y tengo ordenes de llevarte con Jordana.”

“¿Jordana…?” –Puse una mueca de confusión.- “¿Una mujer? P.perdona, pero es que a mi nadie me dijo que…”

La chica se rió ante mi duda y contesto rudamente. “Pues claro estúpida, ¿Nadie te dijo nada?”

Inmediatamente me sentí muy ofendida. ¿Quién se creía ella? ¿Apenas me conoce y ya me insulta?

“P.pero, mira, es que yo le dije claramente a mi jefa que no soy lesbiana. M.mira, hay muchas chicas en la agencia mas guapas que yo y…”

Pero Daniela solo se reía ligeramente, fascinada con mis dudas. De repente coloco su palma en mi espalda y lujuriosamente la deslizó hacia abajo, deteniéndose en el borde de mis shorcitos. Y mi reacción fue inmediata: Mi respiración se acelero muchísimo y el color se me fue al rostro.

“Ya veremos, cosita. –Me dijo al oído- Pero sinceramente no creo que haya otra mas guapa que tu. ¿Me harías un favor? Levanta las nalgas.”

“¿P.perdon?”

“¿No me oíste? Levanta las nalgas, YA.”

Me mordí un labio con impotencia, pero comprendí que no podía decirle que no a una clienta. Entonces arquee la espalda y levante lo mas que pude mis nalgas sin doblar las rodillas. Y al hacerlo la telita de mi short se pegó de forma obsesiva a mi piel, marcando mis curvas de forma espectacular.

“¡P.puta madre, mi amor!” Dijo Daniela dándome un “ligero” empujoncito que casi me tira al piso. “Que culito tan rico y apretado tienes, estas buenísima.”

“G.gracias… “Respondí torpemente, con la vanidad a mil por el piropo.

“Ven, -Dijo tomándome de la mano, apretándola un poco más de lo necesario- Te llevaré con Jordana ahora, pero recuerda: Hoy te romperé ese culito tan lindo que tienes.”

“¿Entonces es Jordana la clienta? ¿Y quién eres tú?”

Daniela puso una cara de ironía. “Pues, digamos que su protegida, como muchas más en esta casa. Y amante ocasional.”

“Oh.”

Y antes de que pudiera decir más Daniela me dio un jalón y me llevó al interior de la casa, casi arrastrándome. Y al entrar lo primero que vi fue un vestíbulo espectacular, apenas iluminado por un candelabro colgando del techo y esculturas hermosísimas en cada costado.

“Wow, mira eso, esta súper…” Pero de nuevo fui interrumpida, porque con otro jalón Daniela se puso en marcha hacia otro pasillo y tuve que correr un poco para ir a su ritmo. La diferencia de tamaños era abismal, ella altísima y poderosa y yo pequeñita y frágil. Cada uno de sus pasos parecían 5 de los míos, y así me fue llevando por mil pasillos y salones lujosísimos, todos a media luz, hasta que finalmente llegamos a unas imponentes puertas de madera.

“Aquí es, Josie.” Me indico Daniela señalándome las puertas.

“¿Ahí esta Jordana?”

“Te mueres por saber, ¿No? –Dijo Daniela con una risita malvada- Pero lo siento, cosita, me encanta verte muerta de curiosidad.”

Volteé a ver lentamente a las intimidantes puertas. ¿Qué habría atrás de ellas? ¿Un monstruo? ¿Una orgía de pervertidos? ¿Una escena satánica? Pero ya no había vuelta atrás. Respire profundamente y haciendo uso de todo mi valor empujé con fuerza y las fui abriendo, pero lo que vi me dejó sin habla…

Frente a mi estaba un salón gigantesco, con imponentes paredes de piedra y piso de madera, iluminado apenas por unos pesados candelabros de velas y con un ventanal gigantesco al fondo. Y en el centro estaba una larguisima y pesada mesa de madera, con 8 chicas de entre 25 a 30 años sentadas a su alrededor, jugando alegremente a las cartas.

Pero lo raro era que todas estaban vestidas de formas masculinas muy estilizadas, con elegantes trajes negros y delineador del mismo color en sus ojos, dándoles un aspecto andrógino.

“Oh Dios… “Dije retrocediendo un paso, pero al chocar con el pecho de Daniela supe que no había salida posible.

Entonces la vi…

Casi en penumbras y sentada en un sofá al fondo estaba una guapísima mujer de largo cabello negro y facciones exóticas, ataviada con un exquisito vestido negro ajustado que marcaba deliciosamente sus abundantes curvas y generoso escote.

Entonces la mujer se levanto elegantemente y con delicados pasos fue acercándose a mí, y en el momento en que la luz ilumino su rostro me di cuenta de algo: Era casi idéntico al de Mónica Bellucci. Y su presencia era francamente imponente, porque ni siquiera pude mantenerle la mirada.

“Hola Josie, soy Jordana Azcárraga.” Dijo la mujer con una voz suave y sensual. “Bienvenida a mi reunión, y debo decirte que tienes un rostro espectacular, mi amor. ¿Qué edad tienes?”

“20, Señora. Y.yo…” Tartamudeé, sintiéndome muy nerviosa. Pero jordana solo se quedó callada durante algunos segundos más, admirándome descaradamente. Bueno, más que admirar me estaba comiendo con la mirada. El brillo en sus ojos la delataba y francamente sentir esa atención sobre mí me estaba poniendo de un humorcito bastante especial.

“Dios… que carita. Que cuerpo, que todo.” Dijo suavemente.

“M.muchas gracias. Pero perdone, Señora, es que… Paola no me… dijo nada de esto. Es que yo no soy lesbiana.”

Jordana se rió un poco. “¿Señora? ¿Me veo tan grande, Josie?”

“N.no, yo… -Traté de arreglar mi torpeza- Perdón, yo no quería que sonara así.”

“No te preocupes, amor.” Dijo Jordana, y entonces deslizó sensualmente un dedo por mis labios. “Seguramente te estas preguntando que haces aquí, ¿No es así?”

“S.si, mire, es que seguramente hay un error, porque…”

“Josie, no hay ningún error. Además, no quiero ponerme ruda pero los servicios de tu agencia son MUY COSTOSOS. ¿Entendiste? Pero mira, no te preocupes, te vas a divertir con nosotras. Solo estamos jugando cartas.”

Pero las chicas en la mesa se rieron maliciosamente ante ese comentario, poniéndome aun más nerviosa. Y sus ojos no mentían, me estaban comiendo con la mirada, con una lujuria que no se la había visto ni a los albañiles.


ACTO 2: El sexual juego de cartas.


“Josie, quítate la ropa ahora, por favor.” Ordeno Jordana.

“P.pero… ¿Aquí? ¿No íbamos solo a jugar a las cartas?”

“Si, pero tú lo harás desnuda.” Respondió con un gesto coqueto.

“Jordana, yo, mira…” Trate de decir algo, pero al ver su cara suspiré resignada. Era evidente que no tenia ni voz ni voto en este asunto, así que con muchos nervios crucé los brazos y agarre los costados de mi top café, subiéndolo por mi tronco en un segundo. Y en el momento en que mis pequeños pechos blancos quedaron a la vista otro murmullo colectivo se oyó a mí alrededor, logrando que me sonrojara un poco.

Entonces tomé los costados de mis shorcitos negros y lentamente los fui bajando por mis piernas hasta quedarme solo con una tanguita morada. Y de nuevo los murmullos picantes acompañaron este gesto.

“También la tanga, Josie.” Ordenó Jordana.

“Ay Jordana, p.pero es que…”

“O te la quitas tu o lo hago yo.” Me dijo al oído Daniela, riéndose.

“Ay no.” Puse una carita de angustia, y con impotencia mis dedos se deslizaron por debajo del elástico de mi delicada prenda y la fueron bajando por mis piernas hasta que quedó en el suelo, dejando mi sexo completamente a la vista, apenas protegido por una delicada línea de vello cortito. Y sin poder evitarlo comencé a sudar muchísimo, con mi corazón latiendo a mil por hora.

El saber que estaba completamente desnuda ante estas mujeres me estaba poniendo cada vez mas ansiosa, y la situación empeoró al oír sus burdos comentarios: “¡Está guapísima!” “¡Que cuerpo!” “Mira esas nalguitas paraditas…” “Que tetitas tan ricas…”

Con pena cubrí mi intimidad con las manos, mordiéndome los labios.

“Uff, Josie. Tienes un cuerpecito espectacular, mi amor.” Dijo Jordana caminando a mí alrededor, mientras Daniela recogía mi tanga del piso y con un gesto primitivo la apretaba contra su cara.

Y al ver eso me apené aun más, y unas gotas de sudor resbalaron por mi cara, delatándome. Pero lo peor de todo fue que Jordana vio mi reacción y sonrió sutilmente. “Entonces, Josie, ¿Has jugado a las cartas antes?”

“N.no… bueno, a veces con mi abuela.”

“Bueno, ahora jugaras con nosotras.” Dijo Jordana, y entonces elegantemente fue a sentarse a la cabecera de la mesa. “Daniela, como nuestra invitada no tiene silla quiero que la tengas en tus piernas, ¿Ok?”

“P.pero…” Dije asustada viendo la lujuriosa sonrisa que ponía Daniela. Y antes de que pudiera hacer nada ella me tomó de la mano y con rudeza me llevo a la mesa, en donde con algunos forcejeos logró sentarme en sus piernas.

“Ya, cosita, quietecita. –Dijo Daniela en tono burlón- ¿Ya viste? Tus nalguitas se van acercando a su destino.” Y como si quisiera enfatizar su punto me agarró de las caderas y frotó mis nalgas contra su cuerpo descaradamente.

“Ay D.Daniela, déjame. –Dije luchando un poco- Ya te dijo Jordana que solo jugaría a las cartas.”

“¿En serio crees eso? –Me dijo sugestivamente al oído- Porque hagas lo que hagas tu culo será mío esta noche. ¿Lo has entendido?”

“N.no, porque…”

Daniela se rio suavemente, besándome el cuello. “No pienso discutir contigo, cosita, pero ya veremos al final de la noche si tu rica colita no termina en mis manos.”

Entonces me di cuenta que todas las lesbianas en la mesa seguían muy atentas nuestra platica, con las sonrisas mas falsas e intimidantes que haya visto en mi vida.

“H.hola… “Las salude tímidamente.

“Hola Josie. –Dijo una pelirroja muy guapa, vestida con un traje negro ajustado y con delineador alrededor de los ojos.- Me llamo Alejandra, y te presento al resto de nosotras: Jessica, Ana, Lucia, Jimena, Luisa, Laura y Estefanía.”

“Hola linda.” Contestaron todas las chicas con algo de ironía, con sus ojos recorriendo mi cuerpo sin mucha discreción.

“Ah. ¿Y, vienen mucho aquí?”

“Si, -Respondió la pelirroja- Todos los fines de semana Jordana nos invita a estar con ella. Pero claro, a veces llamamos a chicas guapas como tu para divertirnos.”

Y algo en la forma en la que dijo “Divertirnos” hizo que las demás chicas se rieran sin mucha sutileza. Pero ya no pude investigar más, porque de repente Jordana tomó las cartas y comenzó a repartirlas a cada una.

De repente Daniela me tomó del cuello y me plantó un beso en la boca, asustándome un poquito.

“D.dani, no...” Dije sorprendida, y sin soltarme Daniela lamio agresivamente mis labios. “Estas deliciosa, Josie. No sé qué haces pero me tienes hambrienta por ti.”

“Daniela, déjala en paz.” Dijo Jordana poniéndose muy seria. “¿O tu pagaste por ella acaso?”

“Pero Jordana, ve esos labios. Es una muñequita, se ve deliciosa…”

“Si, pero ya te dije que la dejes en paz. –Respondió Jordana con un tono aun más enérgico- Ella no es tu juguete, es el mío.”

Me sonroje inmediatamente al oír como hablaban de mi, sobre todo lo de “Juguete”, pero entonces Daniela respondió con agresividad: “¡¿Que?! Jordana, por favor, no me salgas con eso. ¿No puedo entonces ni besarla?”

“NO. No puedes. Josie es mía, incluyendo su culito que tanto deseas. Pero te propongo esto: Caliéntala y si logras que ella voluntariamente te lo dé será tuyo. Pero no puedes ni besarla ni hacerle nada explicito, ¿Ok?”

“¡Puta Madre! –Grito Daniela golpeando la mesa- ¡¿Por qué me haces esto, Jordana?! ¡QUIERO ESE CULO y tu no vas a impedírmelo con tus estúpidos juegos!”

“O.oigan… y.yo…” Traté de decir algo a mi favor.

“¡No te atrevas a decir nada, cosita!” Me dijo amenazadoramente Daniela, ante lo cual me calle inmediatamente. “P.perdon.”

Pero Jordana solo sonreía desde su lugar, con la actitud de aquella que se sabe en control. “¿Ah si, Daniela? Bueno, entonces supongo que no te importará salir inmediatamente de mi casa. Y por cierto, devuélveme las tarjetas de crédito y las llaves del Jaguar.”

Y al oír esto Daniela apretó los puños con impotencia, pero después de algunos incómodos segundos fue calmándose.

“Bueno… está bien, acepto el reto, Jordana. Calentaré a la princesa.”

Y no tuve tiempo ni de protestar, porque Daniela me apretó furiosa a su cuerpo y apretó su mano contra mi vientre, y con un gesto agresivo su dedo entró en mi ombligo y comenzó a moverse con una cadencia primitiva y sexual, entrando y saliendo. Inmediatamente me puse muy tensa y comencé a reírme y gemir un poquito. “D.dani…ah….”

“¿Te gusta, cosita?” Me dijo ella al oído, lamiéndome el sudor del cuello.

“E.es… q.que… -Dije tratando de separar sus manos de mi cuerpo, sin éxito- M.me da cosquillas… ufff.”

Pero Daniela solo se rió un poco ante mis esfuerzos, y con una actitud primitiva lamió mis hombros y espalda, acelerando sus movimientos de penetración. “Eso, muévete así. Me encanta que luches, cosita.”

Al oír eso me puse súper tensa, y apenas si pude contener un gemido. La sensación era extrañísima, una mezcla de placer y risa. Y el dedo de Daniela seguía entrando y saliendo de mí ombligo descaradamente, acelerando mi respiración al máximo.

Y casi sin darme cuenta mis caderas comenzaron a moverse lentamente de atrás para adelante, muy suavemente, al mismo ritmo que el dedo en mi ombligo. Daniela se dio cuenta y me dijo al oído: “Así, cosita. Despacito, muévete.”

Y muy a mi pesar…

Seguí moviéndome, frotando mis nalgas contra su cuerpo casi imperceptiblemente. Entonces Jordana comenzó a mezclar las cartas para el juego. “¿Sabes jugar Poker, Josie?”

“No… no, yo… nunca he jugado eso.” Dije mordiéndome los labios, luchando para no rendirme ante los acosos de Daniela.

“Pues esta noche vas a aprender, linda.-Dijo mientras repartía las cartas a las demás “chicas” y me ofrecía una, pero para mi sorpresa la colocó justo fuera de mi alcance.

“P.pero…” Proteste débilmente, viendo como a las demás chicas les habían dado sus cartas en la mano. “¿Por qué tan lejos?”

“Ah, linda, -Dijo la Pelirroja con un gesto coqueto- Creo que tendrás que ir por tus carta entonces.”

“B.bueno…-Suspire resignada, y entonces me levante un poquito del regazo de Daniela y me incline hacia delante…

… Pero inmediatamente Daniela se levanto detrás de mí y me aprisiono contra la mesa, agarrándome las manos a la espalda mientras sus caderas hacían un movimiento agresivo contra mis nalgas, como si me estuviera montando.

“Ah…D..dani… p.pesas…mucho…” Dije con apuros, tratando de levantarme sin éxito. Y las brutales embestidas del cuerpo de Daniela contra mi culo eran tan poderosas que la mesa se estremecía violentamente.

Entonces ella me dijo al oído: “¿Te gusta ser montada así, cosita?” Y entonces lamió mi nuca.

“Ya déjala, Daniela.” Ordeno Jordana con un gesto raro, sudando un poco por lo que había visto. Daniela obedeció inmediatamente y regresó a su silla, y con un jalón me volvió a sentar en sus piernas y su atrevido dedo volvió a entrar a mi ombligo.

“Ah.” Gemí suavemente, sintiendo como el calor en la habitación aumentaba de golpe. Casi parecía que tuviera un reflector apuntándome solo a mí.

“Quiero que vuelvas a mover el culito como hace rato, Josie.” Me dijo Dani al oído.

Me mordí los labios sin saber que responder. Pero mi cuerpo no parecía tener tal duda, ya que mis pezones estaban súper firmes, como nunca en la vida. El sudor cubría por completo mi piel, y la humedad entre mis piernas aumentaba con el pasar de los minutos.

Y el delicado botoncito entre mis piernas se asomaba descaradamente…

Cerré los ojos, tratando de mantenerme en control mientras mi cuerpo me traicionaba sin piedad. ¡Pero era tan difícil! Mi voluntad se caía a pedazos, y a este ritmo no sabría cuanto aguantaría sin ceder.

Bueno chicas”- Interrumpió Jordana- “Sigamos jugando, ¿No?”

“S.si.” Conteste angustiada, y con apuros tomé mis cartas de la mesa. Pero al verlas vi que no tenia oportunidad, me había tocado un juego malísimo. Y sin poder evitarlo las manos me temblaron ligeramente.

“Ay ¡Que ternura! –Dijo la pelirroja riéndose de mi reacción junto a las demás chicas- Le toca una mala mano y se delata así.”

“Si, es súper tierna mi niña –Dijo Daniela dándome un beso en la mejilla- Hasta eso la asusta.”

“Ay… no, es que yo pensé que…” Trate de defenderme, sin poder evitar sentirme la más idiota del mundo. “Me toco un juego muy malo, yo…”

“¿Deseas otra carta, linda?” Dijo la pelirroja colocando de nuevo una carta fuera de mi alcance.

Suspire resignada.

“Si.”

Y me volví a levantar e inclinar hacia delante para tomar la carta, y de nuevo Daniela me apretó contra la mesa y me monto primitivamente.

“Ah… “Gemí suavemente mientras mi culito era embestido una y otra vez, hasta que después de unos minutos Daniela se sentó de nuevo y pude agarrar mi carta. Pero al verla me di cuenta que mi juego seguía siendo espantoso.

“¿Mejoró la cosa?” Pregunto Jordana con una sonrisita.

“No, es que…”

Y las demás chicas se murieron de risa, ya que me había vuelto a delatar yo sola. “Ay Josie.” –Dijo la pelirroja- “¡Eres tan inocente!”

“No se rían” -Dije bajando la mirada- “Es que se los juro, me esta tocando mucha mala suerte.”

Entonces Daniela agarro una copa de vino y la acerco a mis labios. “Seguramente tienes sed, cosita. Estas sudando muchísimo y con calor no vas a poder jugar bien.”

“N.no, no tengo sed, Daniela.” Proteste mientras ella seguía acercándome la copa.

“No te estoy preguntando, cosita. BEBE.”

Me asusté un poquito al oír la rudeza con la que me había dicho eso, y sin poder hacer mas abrí la boca y el frió vidrio se pego a mis labios, vaciando su oscuro liquido en mi interior. Y Daniela no me dejo en paz hasta que me la bebí toda.

“Ah.” Dije con una sonrisita, sintiendo el calor el mi garganta.

“¿Te gustó?” Pregunto Daniela en mi oído.

“S.sip, estuvo rico.” Respondí con una risita tonta.

“¿Ves que sí tenias sed?”

Puse una expresión simpática al oír eso y trate de concentrarme en mis cartas. ¡Pero era tan difícil! Y algo pasaba porque el calor en el cuarto era cada vez peor, pero…

…Nadie parecía sudar más que yo.

Pero entonces trate de tomar una carta, pero por mas que trataba de cerrar la mano no la atrapaba.

“Ay. –Dije con una risita simpática- La carta no se deja.”

Jordana puso una mirada coqueta mientras veía mis torpes movimientos. Entonces dijo suavemente: “Ah Josie. ¿Qué no ves que Daniela te esta dando de beber para culearte después?”

Me reí como tonta ante eso y me deje caer en la mesa. “N.no… Porque yo solo voy a jugar cartas. ”

De repente la pelirroja y otra chica se acercaron muchísimo a nuestra silla, y después de mirarse entre ellas comenzaron a sobarme de forma lujuriosa las piernas, espalda y brazos.

“¿Q.que hacen?” Pregunte recargando mi cabeza contra el pecho de Daniela, a lo que ella contesto: “Solo te dan un masaje, ternura. ¿Te gusta?”

“S.si.” Conteste con un suspiro, sintiendo como las manos parecían multiplicarse por mil, deslizándose en mi sudor por toda mi piel. Entonces Daniela se volvió a acercar a mi oído y me dijo: “Ahora quiero que muevas las nalgas contra mi cuerpo, cosita, como si te la estuviera metiendo. Pero sin sutilezas, ahora hazlo agresivamente.”

“A.ay Dani, -Puse una carita de obvia- pero si tu no tienes con...”

“Tu solo mueve las nalgas, cosita. ¿Entendido?”

Y con una expresión coqueta asentí y comencé a mover suavemente mis caderas de atrás para adelante, apretándome contra el cuerpo de Daniela con movimientos firmes y agresivos, de apareamiento, al ritmo marcado por su dedo en mi ombligo.

“Ah… mmm…. Mmm…. “Gemí tiernamente.

Jordana le aplaudió a Daniela al ver mi reacción, con evidente sarcasmo, y dijo: “Impresionante, Daniela. Ya la tienes gimiendo, caliente y retorciéndose. ¿Será tan difícil que logres que ella misma pida que se la metas por el culo?”

“Solo dame unos minutos. –Respondió Daniela con arrogancia- Pero si lo consigo haré lo que quiera con ella. ¿Entendido?”


ACTO 3: Todas contra Josie.


“Si.” Contesto Jordana, muy divertida.

De repente Daniela me dijo al oído: “Voy a hacer algo, quédate quieta.” Y entonces deslizo su mano libre entre mis nalgas y su dedo entro sin piedad en mi ano, ensanchándolo con un agresivo masaje.

“¡AH!” Mis ojos se abrieron de par en par, saltando un poquito a la vez que me ponía increíblemente tensa.

“¿Pasa algo Josie?” Pregunto Jordana con cara de sospecha.

“N.no.-Trague saliva- E.es que… vi que mis cartas son mejores.”

Daniela se rió un poquito y siguió masajeándome el ano, moviendo ahora dos dedos en su interior en agresivos círculos hacia afuera.

“¿En serio? –Pregunto Jordana con un tonito de duda. “¿No te estará haciendo algo Daniela?”

“Oh Dios.” Dije débilmente, cerrando los ojos. Daniela movía con una maestría infinita sus dedos en mi culo, y ante eso mi voluntad se estaba cayendo a pedazos. “N.no, no me esta haciendo nada.”

Entonces Daniela me dijo suavemente en el oído: “Me tienes loca, cosita. Necesito romperte el culo ya.”

“N.no, D.dani… yo…” Tartamudee, abriendo la boca de forma lujuriosa.

“No quiero oír eso, Josie. –Me dijo con autoridad- ¿Me vas a dar las nalgas?”

“D.dani, m.mira… y.yo…”

Y Jordana solo sonreía como niña traviesa al ver la cara de frustración que Daniela estaba poniendo. Entonces Daniela agresivamente me agarro del cabello y jalo mi la cabeza hacia atrás, y su voz fue contundente: “Ultima oportunidad, Josie. Quiero romperte el culo. ¿Me lo darás?”

“S.si.” –Dije débilmente, cerrando los ojos.

Y apenas dije eso algo cambió en el ambiente, porque con brusquedad Daniela me levantó y empinó contra la mesa, colocándome las manos en la espalda.

“A.ay. –Me queje tiernamente al ser tratada así.

Y casi inmediatamente la pelirroja agarro mi tanga del piso y comenzó a amarrarme las manos en la espalda, mientras las demás chicas de abalanzaban sobre mi cuerpo y lamían y besaban cada parte a su alcance.

“Oh Dios.” Dije febrilmente, retorciéndome lujuriosamente sobre la mesa a la vez que paraba las nalgas en anticipación. Quizás era sugestión, quizás mi naturaleza, pero lo cierto era que el mensaje de Daniela se había grabado en mi cerebro y en estos momentos no quería nada mas que ser culeada sin piedad.

Entonces sentí un poderoso par de manos apretándome y abriéndome las nalgas, y con un movimiento voraz Daniela hundió su cara en mi culo, apretando sus labios obsesivamente alrededor de mi ano a la vez que su lengua se metía hasta el fondo. “Mfmfm….mfmf…. delicioso… mfmfm….mfmf….”

“Ahhh, mmmm, ahh.” Gemí suavemente, parando aun más las nalgas.

Y al ver mi reacción las demás chicas aceleraron al máximo sus lengüeteos, y en menos de un segundo ya tenia yo otras 7 bocas recorriéndome todita, desde los dedos de mis pies hasta el cuello. Pero mi sexo seguía “virgen”, como si fuera territorio prohibido para sus ansiosas lenguas…

“Ay… ah, mmmm, D.dani… Mmmm.” Me retorcí contra mis ataduras, temblando de placer mientras Daniela seguía apretándome las nalgas y devorando mi apretado agujerito. Pero entonces me di cuenta de algo…

Jordana seguía sentada frente a mi muy tranquila, sonriendo con lujuria. “¿Sabes lo que sucederá ahora, Josie?”

“N.no.” Respondí débilmente.

Jordana se levantó y con su característica elegancia camino hasta un baúl cercano, buscando algo en su interior. Y lo que sacó de ahí me dejo helada…

En sus manos tenía un Strap-on de plástico negro con cinturón, con un falo dolorosamente grueso y como de 18 centímetros de largo. Y lo peor era que el terrorífico aparato estaba increíblemente detallado, la representación mas fiel posible de un miembro humano que hubiera visto, hasta con las venas perfectamente modeladas.

“¿Te gusta, Josie?” Dijo mientras tomaba un bote de lubricante del baúl y con sus manos comenzaba a untarlo a todo lo largo. “Tu tan chiquita y frágil. ¿Crees que te quepa todo?”

Pero de mi boca solo salían gemidos cada vez mas descarados, y solo mi cara de angustia evidenciaba mis pensamientos. Y al ver a Jordana pasándole el aparato a Daniela me rebelé un poquito, luchando contra mis ataduras…

Pero mis nalgas seguían paraditas y obedientes, levantándose de forma desafiante ante su cruel destino. Entonces apreté los puños con resignación, porque mi cuerpo ya no me obedecía.

El silencio invadió la habitación.

Y por unos instantes las chicas se detuvieron y voltearon hacia atrás, en donde aparentemente Daniela se estaba colocando el aparato. Dude un poquito, pero finalmente voltee a ver…

Y un brutal golpe de adrenalina me estremeció al ver a Daniela completamente desnuda, con su cuerpo firme y atlético cubierto por una delicada capa de sudor, y el imponente miembro negro colocado entre sus piernas, apuntando amenazadoramente a mi delicado orificio.

“D.dani, n.no.” Dije temblando ligeramente.

“Que lindo culito estoy a punto de romper.” Dijo Daniela con una sonrisita malvada, dándome unas nalgadas fuertísimas que me hicieron retorcerme sobre la mesa. “¿Lista, cosita?”

Asentí débilmente con la cabeza.

“No te preocupes, Josie. –Me tranquilizo Jordana frotándome la espalda- Tu solo obedece como la buena niña que eres.”

Y no me dio tiempo de hacer nada más…

Porque Daniela apretó el grueso miembro de plástico entre mis nalgas hasta que llego a mi ano, apretándolo suavemente pero sin penetrar. Entonces sus manos me sujetaron firmemente de las caderas, casi como si fueran garras atrapando a su presa, y me dio un par de empujoncitos cada vez mas fuertes con la poderosa cabeza del falo, hasta que…

…Mi apretado ano se rindió y el imponente miembro negro comenzó a meterse en mi recto lentamente, centímetro a centímetro, empalándome sin piedad. Mi reacción fue instantánea, apretando todos los músculos de mi cuerpo mientras mis ojos se abrían de par en par.

“¡D.dani, d.detente, oh Dios… d.detente, m.mas lento, ahhhh.” Gemí angustiada, pataleando contra el piso a la vez que arqueaba la espalda. El dolor deliciosamente insoportable y el ardor en mi culo casi intolerable, pero…

…Mi cuerpo estaba ahora a mil, con la adrenalina recorriendo mi piel en cantidades industriales, y solo un pensamiento llenaba mi mente: Oh Dios, rómpeme el culo, rómpeme el culo, rómpeme el culo…

Y el grueso miembro seguía entrando sin piedad, ensanchando mi agujero de una manera brutal, salvaje, primitiva.

Y por si fuera poco los comentarios de las chicas a mi alrededor eran asquerosamente groseros, sin el menor miramiento: “Que lindas se le ven sus nalguitas comiéndose el palo.” “¿Se lo vas a meter TODO, Daniela?” “Uff, ya lleva la mitad y le sigue entrando.”

Entonces Daniela se inclino sobre mi espalda y con voz tranquilizadora me dijo al oído: “¿Todo bien, cosita?”

Asentí débilmente con la cabeza.

“Te lo dije. –Me dio un beso en la nuca- Tu culito será mío. ¿O no?”

“S.si, Dani.” Dije con una débil sonrisa, temblando mientras una cantidad industrial de plástico negro se deslizaba entre mis nalgas hacia mi interior, y la sensación de llenura en mi estomago era increíble. Un par de lagrimas resbalaron por mis mejillas, y justo cuando estaba a punto de gritar…

El cuerpo de Daniela golpeo firmemente mis nalgas, y un quejido gutural se me escapó de los labios. “Ugh.”

Y los comentarios a mi alrededor volvieron mas gráficos que antes: “¿Viste eso? Tan flaquita y se la comió TODA.” “Que linda se ve.” “¿La vas a montar duro o despacio?”

La respuesta llegó inmediatamente.

Daniela se hizo para atrás unos centímetros y el grueso palo negro fue saliendo lentamente de mi culo, con cada vena y rugosidad enviando latigazos de lujuria por todo mi cuerpo. Entonces se quedó quieta unos segundos, disfrutando mi agonía, hasta que de repente se inclino hacia adelante y volvió a meterme TODO el miembro hasta el fondo.

“¡Ah!” Me estremecí contra las ataduras, pataleando tiernamente mientras era sodomizada sin piedad Entonces Dani volvió a repetir la maniobra, esta vez un poco más rápido. Y después otra vez, y de nuevo, y una más, hasta que después de unas 15 repeticiones ya me estaba bombeando el culo de forma lenta pero vigorosa.

“Ugh, D.dani, ay… D.duele, uf… ahh, mmm.” Gemí tiernamente, retorciéndome sobre la mesa mientras la cruel verga se movía despiadadamente en mí estomago, y mis firmes nalgas eran embestidas sin parar. Y las poderosas manos de Daniela me sujetaban con mucha fuerza, manteniéndome en mi lugar para recibir más castigo.

“Uff Josie. –Me dijo Daniela con un beso en la cabeza. -Casi ni me puedo mover, estas súper apretada.”

Oh Dios, oh Dios, oh Dios, -Pensé angustiada- ¡Me está rompiendo el culo! Oh Dios, Dani.

Pero la negra serpiente no mostro piedad, y fue entrando y saliendo cada vez más rápido de mi cuerpo hasta que alcanzo un velocidad salvaje. Y ante las brutales embestidas mi delicado cuerpo se sacudía como si fuera una muñeca de trapo, y la mesa se movía con tanta fuerza por debajo de mí que llegue a pensar que se rompería en cualquier momento.

Entonces sentí como las otras chicas se abalanzaban sobre mí, y sus cálidas y húmedas lenguas y bocas recorrieron vorazmente mis nalgas, espalda, cuello, piernas, manos… como si yo fuera el platillo más exquisito que hubieran probado.

…Pero ninguna se atrevía a llegar a aquel lugar tan especial entre mis piernas, ese que tanto me urgía que fuera tocado, chupado, acariciado, lamido.

La situación se calentaba cada vez más, y los gemidos a mi alrededor eran ya casi insoportables, con las otras chicas entrando en una especie de trance sexual, conmigo de protagonista. No había boca, lengua o mano que no estuviera en mi piel.

Y las embestidas contra mi ano eran constantes, implacables. El grueso palo entraba y salía a una velocidad endemoniada de mi estrecho agujerito, y cada vena y rugosidad hacían que se me escapara un gemido, arqueando aun más la espalda.

“Ahh, ahh, mmm, mmm.” Gemí descaradamente, con deliciosas gotas de sudor recorriendo mi rostro. Entonces me di cuenta que Jordana estaba muy tranquila junto a mí, acariciándome suavemente el cabello. Y al sentir sus delicadas manos en mi rostro, limpiándome el sudor y dándome suaves caricias en las mejillas…

Cerré los ojos y un suspiro tierno se me escapo. Me sentía tan protegida, tan deseada, tan amada…

“J.jordana…” Dije débilmente.

“Que linda te ves, Josie. –Contesto Jordana con su voz sensual- ¿Te duele lo que Daniela te está haciendo?”

“U.un poquito… -Respondí con una tierna sonrisa.

“Y seguramente en estos momentos deseas venirte, ¿No es así?”

Asentí suavemente.

“Entonces te pediré algo, linda. –Dijo Jordana pasando lentamente sus dedos por mi boca, metiéndolos un poquito en ella.- Necesito que me pidas que me siente en tu cara.”

Y no dudé. Anhelaba más que nunca ser digna de las atenciones de Jordana, besarla, apretarme contra su cuerpo, dormirme en sus brazos sintiéndome protegida. Nunca me había sentido así antes, pero en estos momentos mi cuerpo pedía a gritos complacerla, haciendo lo que ella quisiera.

“J.jordana, y.yo…” Tartamudee, muerta de la pena.

“No te detengas. Dilo.”

“S.sientate… en mi cara. P.por favor.”

Jordana me dio un tierno beso en la frente. “Así será, amor.” Y entonces lentamente se subió a la mesa y sus zapatos de tacón alto quedaron justo frente a mi rostro. Y mi respiración se acelero muchísimo, con todo mi ser lleno de la mas agónica anticipación.

“Daniela, dale la vuelta.” Ordeno Jordana, y en menos de un segundo Daniela me acomodo boca arriba en la mesa y coloco mis tobillos en sus hombros, sin dejar nunca de sodomizarme. Y al quedar tan vulnerable dos chicas se aferraron a mis pechos y comenzaron a mamar vorazmente mis pezones, como si fueran unas bebitas.

“Ahhhh.” Gemí retorciéndome sobre la mesa, mientras que parada sobre mí Jordana lentamente se quitaba el vestido negro y mostraba por primera vez su espectacular cuerpo, increíblemente voluptuoso y firme, y cubierto por una delicada capa de sudor que la hacía brillar sensualmente con tenue luz de la habitación.

Y Jordana realmente era perfecta.

Sus largas y estilizadas piernas parecían eternas, terminando en un par de nalgas firmes y paradas que llevaban a una delicada micro cinturita, que enfatizaba un espectacular par de pechos firmes y unos brazos torneados y delicados, todo esto cubierto por una piel blanca finísima, que invitaba a ser lamida por horas.

Pero mis ojos inmediatamente se clavaron en el delicado triangulo de vello negro entre sus piernas, el lugar en el que mi rostro seria esclavizado. Entonces Jordana dio un paso y sus tacones quedaron junto a mi cabeza,

“Abre la boca, linda. Y quiero que repitas una y otra vez: Siéntate en mi cara. ¿Entendido?”

Y apenas oí eso una ráfaga de adrenalina recorrió mis venas y una deliciosa impotencia me envolvió.

“S.si, Jordana. S.sientate en mi cara, siéntate en mi cara, s.sientate en mi cara…”

Y Jordana fue veloz.

Sin darme tiempo a dudar fue arrodillándose sobre mí hasta que finalmente su exquisito sexo se apretó vigorosamente contra mi rostro.

“Ahh… ahhh….mmm…mmm.” Gemí tiernamente, saboreando el intenso olor sexual que invadía todo mi ser a la ver que esa deliciosa humedad comenzaba a cubrir mi piel, dándome un poco de cosquillas con sus suaves vellos.

“Ah, mmmm, así, Josie. –Gimió Jordana dulcemente- Así me gusta, abre la boca mas, quiero sentirte chupando todo. Ahhh, mmmmm, ahh.”

Mi rostro se hundió entre las piernas de Jordana con una furia que nunca había sentido. No quería solo comérmela, quería devorarla por completo. Mis labios se apretaron con fuerza alrededor de su delicada entrada, y mi lengua se aventuro en su interior, saboreando el exquisito néctar que cubría las paredes y que parecía no tener fin. Y al oír los gemidos de Jordana resonando desde adentro de ella me sentí aun mas excitada, y mi boca se volvió una maquina de mamar.

Era tal mi desenfreno que lo que seguía pasando con mi cuerpo ya no me importaba. La verga de Daniela seguía taladrándome cruelmente las nalgas y las miles de bocas seguían chupando y lamiendo cada centímetro de mi piel, pero en mi mente solo estaba una idea clara: Comerme el coño de Jordana.

Entonces Jordana apretó aun mas su sexo contra mi rostro y comenzó a frotarse descaradamente, de arriba hacia abajo, y la sensación era como si me estuvieran cepillando la cara con una toalla húmeda y caliente, una y otra vez.

“Oh Josie, ahh. Así, mueve tu boca así, chiquita.” Gemía Jordana sobre mí, con sus manos firmemente colocadas en mi cabeza. Y con el pasar de los segundos sus movimientos fueron haciéndose más agresivos, pero mi boca no paraba, mientras mi lengua entraba, salía, chupaba y lamia en un desenfreno absoluto.

Sobre todo el intenso aroma de su sexo me tenia excitadísima, como si fueran unas feromonas específicamente diseñadas para volverme una maquina de chupar. Oh Dios, esto es exquisito.

Y justo cuando pensé que era imposible sentir mas placer…

De repente sentí un soplo sobre mi sexo, y antes de que pudiera reaccionar una boquita hambrienta se apretó alrededor de mi clítoris y comenzó estimularlo con agresivos lengüeteos.

“¡AAAAAAAAAhhhh!” Me retorcí sobre la mesa, sintiendo como un poderoso orgasmo estaba a punto de llegar. Y por los gemidos de Jordana supe que ella también estaba a punto, aunque Daniela seguía rompiéndome el culo de forma animal, salvaje, sin parar ni un segundo.

“J.Josie, Ahh, Mmmmm.” Gimió Jordana, y entonces se apretó contra mi cara con tal fuerza que casi ni pude respirar. Su sexo estaba ardiendo sobre mi cara, y la humedad entre sus piernas aumento, temblando por un orgasmo tan fuerte que casi podía sentir sus venas palpitar contra mi piel.

Y yo tampoco pude más.

Un lengüetazo sorpresivo en mi clítoris activó el más intenso orgasmo de mi vida, y me retorcí violentamente mientras ola tras ola de placer recorría mi cuerpo a latigazos. “¡AAAAAHhhhhhhh J.jordana, MMmmm!”

Y durante algunos segundos cerré los ojos y perdí la cuenta del tiempo, ya que el placer era insoportable, bestial, primitivo, delicioso.

Nada existía mas que eso, y solo el retumbar del miembro de plástico dentro de mi estomago fue trayéndome de regreso a la realidad. Entonces débilmente abrí los ojos y con una tierna sonrisa me di cuenta que mi cabeza seguía atrapada entre las piernas de Jordana, con sus húmedos vellos negros envolviéndome por completo el rostro y su delicioso aroma grabado con fuego en mi nariz.

“J.jordana, y.yo…” Dije muerta de pena, tragando saliva.

“Shhh, amor. No digas nada. Te ves preciosa así.” Dijo ella con una sonrisa desde arriba, acariciándome suavemente el cabello.

Y Daniela seguía sodomizándome sin piedad, hasta que después de algunos segundos sentí sus manos temblar ligeramente y con un gemido se puso tensa, enterrándome por completo el falo, viniéndose sin poder ocultarlo.

“Ahhh… D.dani, ah.” Gemí dulcemente, perdida entre las piernas de Jordana mientras que ella cariñosamente continuaba acariciándome. Entonces Daniela saco lentamente el falo de mi cuerpo y Jordana poco a poco se levantó, ayudándome a hacer lo mismo.

Y con muchas dificultades lo hice, pero apenas traté de dar un paso las piernas no me respondieron y Jordana tuvo que agarrarme para no caer. “G.gracias.” Dije muy apenada, y Jordana sonrió sensualmente y me sostuvo durante algunos minutos. “¿Te sientes bien, Josie?”

“S.si.-Respondi bajando la mirada, pero el ardor en mi culo era increíble, y sentía como si me hubieran estado golpeando el estomago toda la noche. Pero lo que había ocurrido no lo cambiaría por nada, y el haber estado entre las piernas de Jordana había resultado ser delicioso, un placer que nunca hubiera imaginado.

Sin poderlo evitar pase mi lengua por mis labios, saboreando los jugos que Jordana que aun quedaban ahí.

Entonces ella se apretó contra mí y sujetó mi cabeza con sus manos. Lentamente nuestros labios se fueron acercando y su lengua se abrió paso entre ellos y vorazmente comenzó a luchar contra la mía en mi boca. Y así pasaron casi 10 minutos de apasionado faje y besuqueo, en los que no nos despegamos la una de la otra, hasta que finalmente Jordana me dijo al oído: “Ahora sígueme, Josie, esta noche dormirás conmigo.”

Sonreí tímidamente, y entonces Jordana me tomo de la mano y…

…la seguí hasta su habitación.


ACTO 4: Al otro día…


Llegue súper cansada a mi recamara y lo primero que hice fue tirarme en la cama, adolorida por todas partes.

“Auch. –Dije en un tono juguetón, apretándome las nalgas con las manos- Maldita Daniela.”

Pero al recordar lo que había sucedido con Jordana me sentí muy feliz, ya que a pesar de la rudeza con la que todo había sucedido al principio, al estar en su recamara casi ni dormimos, besándonos y haciendo el amor como desesperadas durante una hora más, hasta que finalmente nos quedamos dormidas de cucharita.

Entonces mi celular comenzó a sonar.

“¿Hola?”

“Ah, Josie, -Era la familiar voz de Paola- Debo felicitarte, la clienta de ayer nos felicitó muchísimo. Incluso hasta pagó el triple de lo usual.”

“W..wow, ¿El triple? Eso es mucho dinero.”

“Si, y no te preocupes. Te depositaré lo tuyo en la tarde.”

“G.gracias.”

“Por cierto, ¿Te sientes bien? –Preguntó Paola con una risita- Me comentó la clienta que cierta parte de tu cuerpo recibió un castigo tremendo.”

Me puse roja de la vergüenza al oír eso. “S.si, todo bien. Ya casi no me duele.”

“Ah que linda. Bueno, descansa mucho porque en una semana te mandare de nuevo con ellas. ¿Ok?”

“A ver, espera. –Dije con una sonrisa- ¿Otra vez con ellas?”

“Si, ya me confirmó la clienta que desea verte de nuevo. Al parecer causaste una muy buena impresión.”

“Ah.” Respondí embobada. “Bueno, entonces ahí estaré.”

“Bye, descansa.”

Click.

Emocionada agarré uno de mis osos de peluche y lo apreté con fuerzas, fantaseando con lo que sucedería esa noche. Y los deseos en mi cuerpo iban desde lo más sucio hasta lo más romántico. Por un lado ansiaba volver a sentirme la más perversa del mundo, sentir como mi pobre culo era sodomizado cruelmente por horas, amarrada, siendo obligada a lo peor. Por el otro deseaba hacerle el amor a Jordana, besarla sin parar, lamer sus pechos, morder su piel, quedarme dormida entre sus piernas, con el rostro en su sexo.

Mi corazón se aceleró ante mis sucias ideas, pero un nombre estaba grabado con fuego en mi mente y no se iba…

Jordana.